En 1964, Dean Martin, sub dios de los crooners, ya llevaba siete años sin colocar una de sus canciones en lo más alto de las listas de ventas. Entre el declive anunciado de un género que ya no hacía palpitar tantos corazones femeninos y la “british invasion” que hacía estragos, el cantante italo americano se sentía incomprendido. Como fuera de lugar, cuando tenía asumido que el lugar era suyo.
Dean Martin – Everybody Loves Somebody
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