Dean Martin – Everybody Loves Somebody

En 1964, Dean Martin, sub dios de los crooners, ya llevaba siete años sin colocar una de sus canciones en lo más alto de las listas de ventas. Entre el declive anunciado de un género que ya no hacía palpitar tantos corazones femeninos y la “british invasion” que hacía estragos, el cantante italo americano se sentía incomprendido. Como fuera de lugar, cuando tenía asumido que el lugar era suyo.

Las guitarras de los Stones, Beatles, Kinks y Who incendiaban los charts a la misma velocidad que lo hacía el napalm US con los campos vietnamitas. No entendía por qué el público más joven daba la espalda a las voces italo americanas que llevaban veinte años imponiendo su estilo. Triunfaba en el cine –primero con Jerry Lewis de sparring partner y luego bajo las órdenes de los más grandes, Richard Thorpe, Vincente Minnelli o Howard Hawks- pero tenía una especial pasión por la música. Y quería volver a sentir el fervor de las damas.

Al igual que Frank Sinatra, su amigo de siempre, Dean Martin odiaba el rock’n’roll. Música de negratas, se solía decir. En casa la herida empeoraba, al ver cómo su propio hijo de catorce años se pasaba el día escuchando a estos grupos ingleses. Un día, se tiró un farol y le dijo: “Voy a echar a tus amiguetes del #1, ya verás”. Se refería a los Beatles, que llevaban semanas okupando el ranking con A Hard Day’s Night.

Dean Martin Everybody Loves Somebody

Realmente no era un farol. Sus genes italianos le llevaban a ser un poco tramposillo, digamos, porque sabía que iba a ganar. Tenía en mano una canción a la que ninguna le podía hacer sombra. Una canción para devolverle el lustro a quien había sido miembro emérito del Rat Pack durante años, con Sinatra, Sammy Davis Jr. y algunos más. Un tema para volver a lo más alto y dejar a su hijo babeando, resignado a no poder pedir la paga durante semanas.

No compusieron Everybody Loves Somebody para él. El tema ya llevaba veinte años siendo interpretado por muchos cantantes como Franck Sinatra –hasta el propio Dean la había cantado una vez en 1948 en el programa radiofónico de Bob Hope-, aunque nunca encontraba ni su sitio ni el éxito. La canción la habían creado Sam Coslow, Irving Taylor y Ken Lane en 1947.

En 1964, este último coincidió como pianista de Dean Martin en las sesiones de grabación del álbum Dreams With Dean, y al ver que quedaba una hora de estudio y que faltaba un tema para el disco, Ken Lane le propuso al crooner cantarla con los músicos presentes aquel día. Grabaron una versión un poco jazzy, tranquila, con ese tono navideño inconfundible. Una versión al servicio de la maravillosa voz de Dean Martin.

Ante el resultado inesperado, el sello decidió apostar a fondo por ella y mandó de nuevo a todo el mundo de vuelta al estudio para grabarla en las mejores condiciones, con orquesta a la altura de las circunstancias. El álbum se estrenó en junio y el 15 de agosto ocurrió lo impensable, para el mayor desconcierto de Dean Paul Martin hijo: Everybody Loves Somebody desbancó a A Hard Day’s Night del #1 de las listas. Y ahí se quedó ocho semanas.

Es una canción maravillosa, a mi me pone la piel de gallina y me vuelve nostálgico. Roza lo empalagoso, pero qué se le va a hacer. Además, como te puedes imaginar, me resulta extremadamente simpático un artista que, aunque sea de origen italiano, se propuso el desafío de echar a los cuatro sosos del #1. Y lo consiguió.

 

 

 

4 comentarios en “Dean Martin – Everybody Loves Somebody

    • Era una broma, sobre el ritmo de publicación de posts. Aquí se trabaja 7/7, cual fabricante asiático de smartphones por cuenta de Apple… mientras tú vas más bien de fabricante de blackberry en el Caríbe…

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