Fiouck’s Summer Series #18.
Hace mucho me regalaron un hermoso libro sobre los planetas del sistema solar. El autor contaba la historia geológica de cada uno de ellos, añadiendo para la Tierra, la evolución animal y vegetal. Estaba maravillosamente bien escrito, por lo que el aspecto divulgación científica no se hacía pesado. Hablaba en particular de una época en el proceso darwiniano –tengo memoria de pez, no recuerdo su nombre ni de cuantas decenas de millones de años estamos hablando- en la que la naturaleza se había propuesto imaginar y concebir todas las formas de vida, de todos los colores y tamaños posibles. Arañas de medio metro de diámetro –¿son gritos femeninos los que se escuchan a lo lejos?-, libélulas de ochenta centímetros de envergadura, escolopendras de tres metros de largo. Afortunadamente, la naturaleza es sabia, rectificó a tiempo, por lo menos en cuanto a tamaño se refiere. No me veo persiguiendo con la escoba a un arácnido peludo más grande que el perro.