George Kranz – Din Daa Daa

Fiouck’s Summer Series #18.

Hace mucho me regalaron un hermoso libro sobre los planetas del sistema solar. El autor contaba la historia geológica de cada uno de ellos, añadiendo para la Tierra, la evolución animal y vegetal. Estaba maravillosamente bien escrito, por lo que el aspecto divulgación científica no se hacía pesado. Hablaba en particular de una época en el proceso darwiniano –tengo memoria de pez, no recuerdo su nombre ni de cuantas decenas de millones de años estamos hablando- en la que la naturaleza se había propuesto imaginar y concebir todas las formas de vida, de todos los colores y tamaños posibles. Arañas de medio metro de diámetro –¿son gritos femeninos los que se escuchan a lo lejos?-, libélulas de ochenta centímetros de envergadura, escolopendras de tres metros de largo. Afortunadamente, la naturaleza es sabia, rectificó a tiempo, por lo menos en cuanto a tamaño se refiere. No me veo persiguiendo con la escoba a un arácnido peludo más grande que el perro.

De vez en cuando sin embargo tiene hipo y escupe alguna criatura extraña, difícil de clasificar. El caso más reciente es el de Hermann Tertsch –curioso caso de chaquetero falso quintacolumnista y verdadero badulaque-, aunque el que nos ocupa apareció de la nada, en 1984, y también volvió a la nada el mismo año. George Kranz. ¿Qué es un George Kranz? Treinta años después se sigue sin saber a ciencia cierta. Está prácticamente fuera de todo molde. Conviene inventar una nueva ramificación en la historia de la música prácticamente sólo para él. Bueno, desde 1994 se siente menos solo sentado en su rama, tiene a Scatman John a su lado, hablando ambos en un idioma que sólo ellos conocen.

Din Daa Daa Doe Doe, Din Daa Daa Doe Doe, Bo Dudum, Bo Dudum, D’Doom Da Doom Doom Doom Doom Doom Doom Blah! Rrratatatatatatata Rrratatatatdadadadoom, Doom Doom Doom Doom Doom Doom Blah! Doom Doo Doo Blash! Pee Da Puppa, Pee Da Puppa, Pee Da Puppa, Pee Da Puppa…

Todo esto y más decía la canción TrommeltanzDin Daa Daa para los amigos- compuesta y publicada por George Kranz en 1984, #1 en los US y posiblemente en muchos más países de por aquí. Un tema sumamente curioso –reconozco que cuando salió me gustó-, en el que no sin talento lograba reproducir con la boca los mismos sonidos producidos por la batería en la que daba como un poseso, de pie frente a multitud de toms, cajas y bombos. El invento no sobrevivió al verano y este músico teutón no volvió a aparecer por nuestras tierras –se cree saber que en su Alemania natal sigue siendo un DJ conocido-. ¡Ratatam!

 

 

 

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