El “revival” está muy de moda últimamente. Cantidad de grupos de hoy viven del legado de músicos que bien podrían ser sus abuelos. No es una critica, en el fondo mientras se inspiren de los 60 y 70’s, es complicado que no salga buena música. La guinda la pone Pink Floyd, que le da al auto-revival, después de anunciar ayer un nuevo disco veinte años después –Division Bell, 1994-. Claro que sin Syd Barrett, ni Roger Waters, ni Richard Wright, con tan sólo David Gilmour. ¿Se puede seguir llamando Pink Floyd cuando sólo queda una cuarta parte de la banda que hizo estremecernos con Shine On You Crazy Diamond o The Great Gig In The Sky –por mencionar sólo dos-? No hablo del nombre del grupo, qué más da, sino del alma; bueno, habrá que juzgar cuando se estrene el álbum, The Endless River.
Rival Sons – Great Western Valkyrie
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