A principios de este siglo, la música tuvo como un hipo sonoro -con tufo a cerveza barata y vino en brick-, de estos que te sacuden todo el cuerpo y te sacan de tu sopor. Una ola de grupos rock a la antigua –léase cantante, guitarra(s), bajo y batería-, con las mejores intenciones del mundo, invadieron cascos y altavoces. Con los Strokes, Franz Ferdinand, Jets, White Stripes, Vines, Hives, Fioucks –queeeeeeé-, la década se avecinaba rock’n’roll y eléctrica, pero no duró, apostando la industria por grupos más facilones y sobre todo más vendedores, como Coldplay y Kaiser Chiefs. Dentro de esta avalancha de sonidos rabiosos, el que más dio de hablar fue sin duda The Libertines, y su loco chalao Pete Doherty.
The Libertines – Up The Bracket
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