Hay que recelar de las corazonadas. Descubres algo y de repente sólo existe aquello y no importa el resto. Mmmm, malo, muuuu malo. Normalmente no dura mucho y poco a poco regresas a tus primeros amores, disculpándote por este pequeño error y jurando “ays por dios no me pegues no lo volveré a hacer”. Pero vuelves a meter la gamba poco después, con otro descubrimiento “¡sensacional!” y la historia se repite. Esto me pasó, entre otros, con Bloc Party y su primer álbum Silent Alarm, el disco que deslumbró lo que tardaron en sacar el segundo. He tenido que meterme en la wiki para saber si seguían en activo. Y no, no siguen.
Bloc Party – Silent Alarm
3