Hay que recelar de las corazonadas. Descubres algo y de repente sólo existe aquello y no importa el resto. Mmmm, malo, muuuu malo. Normalmente no dura mucho y poco a poco regresas a tus primeros amores, disculpándote por este pequeño error y jurando “ays por dios no me pegues no lo volveré a hacer”. Pero vuelves a meter la gamba poco después, con otro descubrimiento “¡sensacional!” y la historia se repite. Esto me pasó, entre otros, con Bloc Party y su primer álbum Silent Alarm, el disco que deslumbró lo que tardaron en sacar el segundo. He tenido que meterme en la wiki para saber si seguían en activo. Y no, no siguen.
2005, posiblemente marzo o abril, bueno no importa, escucho por primera vez una canción de Bloc Party, gracias a un amigo que fue el primero en conseguir el sello de “Fiouck’s Certified Provider”. Ninguna idea de la canción que era, pero sí recuerdo que mi primera reacción fue “¿y esta canción de The Cure que no conozco?”. Eso sí, me lo pregunté a mi mismo, que el ridículo mata. Me chifló el disco entero a la primera, ese ritmo seco, la voz del cantante, la guitarra rabiosa, esta energía rock envidiable. Recordaban a The Cure y a Sonic Youth para los mayores, y a Franz Ferdinand para los chavales. Me lo ponía en bucle en el coche, no había nada mejor para ir a currar, despejaba todo. Y qué pasó? Y yo qué sé, habría que preguntárselo a ellos pero resulta que ya no nos hablamos.
El grupo fue fruto del azar, como muchas veces. Los dos miembros originales –Kele Okereke, el cantante, y Russell Lissack, el guitarrista- se conocieron una primera vez en el festival de Reading en 1998, se perdieron de vista y volvieron a dar el uno con el otro en el mismo festival el año siguiente. De gustos musicales parecidos, decidieron intentar montar algo y para ello pusieron un anuncio en el NME –New Musical Express-. Reclutaron a un bajista, Gordon Moakes, y al batería, el enorme Matt Tong, de origen asiático. Fijate, grupos de rock con cantante negro, hay poquísimos –ahora mismo sólo se me ocurre Jimi Hendrix y Skip The Use-. Pero grupos de rock con cantante negro y batería asiático, ciencia ficción, casi. Empezaron llamándose Union, luego The Angel Race, posteriormente –algo así como tres horas después-, Diet, y finalmente Bloc Party. En 2003, grabaron una primera demo con el tema She’s Hearing Voices. Al cantante se le ocurrió la buena idea de ir a un concierto de Franz Ferdinand y lograr colarse para entregársela en mano de Alex Kapranos, el líder de la banda escocesa. También dejó un ejemplar al locutor de la BBC Radio 1, Steve Lamacq. El primero les invitó a tocar de teloneros en algunos conciertos y el segundo empezó a programar la canción en sus sesiones, alabando el estilo de Bloc Party.
Ya en boca de todos, sacan el álbum Silent Alarm. Exitazo total, #3 en las listas en UK, álbum del año para el New Musical Express, más de un millón de copias vendidas en el mundo, corazonada de Fiouck. Y ya está. Luego sacaron tres discos más, pero la magia ya se había ido. Hoy re-escucho el disco y entiendo por qué me gustó. Pero ya no emociona. Hala, sube el volumen, luego zumito y a misa.
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