Steppenwolf – Born To Be Wild

Hay películas –y grupos de música- que están rodeadas de esta particular aura de culto. Asumes que son importantes en el panorama cultural, porque te lo han repetido hasta la saciedad. Que si esencial, que si revolucionaria, que si transgresora, que si un antes y un después. “Inclínate, miserable” parecen decir los profesionales de la glosa nostálgica y única. Pero luego te atreves a preguntar, así, a amigos y tal, “oye, y esta peli ¿a ti te gusta?” y resulta que no, que no le gusta a nadie o casi –el “casi” va por aquellos que creen que llevas micro encima y que les va a traer problemas la grabación-. Easy Rider es una de estas. A mi me aburrió sobremanera y no recuerdo que alguien haya intentado defenderla delante mío.

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