No sé a dónde va la música la verdad, yo me conformo con seguir disfrutando de ella, sea el estilo que sea mientras me siga emocionando/impactando. Esta mañana, al bucear por ahí en busca de sonidos alimenticios, me encontré con las dos vertientes de su evolución. La comercial, que escupe engendros cada vez más sosos; y la creativa, que no para de proponer propuestas y direcciones nuevas. Concretamente di con dos grupos que no conocía. El primero, usted perdone, se llama Imagine Dragons y me quedé asombrado viendo el número de visionados que acumulan en youtube. Haciendo un rápido cálculo, deben de superar los 300 millones, todo ello con un único disco y dos hits, It’s Time y Radioactive. Después de escuchar ambas “cosas”, saqué dos conclusiones: primero, por suerte no estaré leyendo los medios susceptibles de hablar de ellos; segundo, es hora de que se jubilen los periodistas de Rolling Stones que hablan de rock para referirse a ellos. Música pop insípida para quinceañeras nietas de Los 40 Principales.
Young Fathers – Dead
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