The Knack – My Sharona

Ma ma ma myyy Sharona.

(Mi mi mi miiii mi Choni)

La escuchaba por casualidad ayer y estaba tan seguro de haberla publicado en el blog hace tiempo, que casi se me olvida de nuevo. Es que My Sharona no es cualquier canción. Es de estas pocas que son más conocidas que el propio grupo, identificable con el primer beat, intemporal. Roza la perfección en la composición, ninguno de los cuatro miembros sobra, todos tienen su momentito de gloria. Imposible decir no me gusta –atrévete, que te veto la entrada a este blog-. A ver, entendámonos, no es para llorar de felicidad. Pero es indudablemente una buena canción, el atraco perfecto en ventas, versionada múltiples veces, un riff de guitarra imitado en su día por millones de adolescentes de pelo largo y grasiento –esto último, en mi época, era el no va más, pero yo no caí, gracias Johnny Rotten-.

De qué va la canción? Pues de qué va a ir si no de amor, claro. Y a poder ser, de amor que no las tenía todas consigo al principio. Resulta que el cantante de la banda, Doug Fieger, se enamoró perdidamente de una chica –puestos a que una chica/o te vuelva loco/a, mejor que sea exagerado-, cuando él tenía veinticinco años y ella diecisiete. La moza se llamaba Sharona Alperin –Choni Alperina-, y se convirtió en su pareja durante cuatro años. Y este es el primer milagro, porque si ves al Doug ese, en los vídeos de My Sharona, con su corte de pelo medieval y su pinta sideral, y luego comparas con la chica de la portada del disco, la de la camiseta sin sujetador -buf-, no te cuadra que ella haya podido corresponderle. La moza musa inspira a nuestro Doug, que se pone durante dos meses a escribir la letra perfecta para ella –de ahí el Ma ma ma myyy Sharona, los maestros Jaiku seculares no podrían haber sacado algo mejor-, y es cuando conoce a quien sería luego el famoso guitarrista de The Knack, que venía con el riff bajo el brazo. Segundo milagro. Y dale, que la navidad está a la vuelta de la esquina.

Portada Sharona Calperin

Los dos terminan de contratar al resto de la banda, un bajista y un batería. Estamos en 1977, en L.A., todo es posible –y viendo el éxito que va a tener la banda, créetelo-. Empiezan a tocar en bares y salas del Sunset Strip, se codean en jams de lujo con Springsteen, Tom Petty, Ray Manzarek, llevando aromas de éxito asegurado a los cazadores de talento de la industria. Sigue una pelea –a veces estos c…. tienen olfato, hay que reconocerlo- entre sellos, llevándose la palma Capitol Records. Entran en un estudio y salen de ahí con un primer álbum, Get the Knack. Pum Pa, el gordo. Fue #1 de los charts US durante cinco semanas, vendiendo en un plis plas dos millones de copias. Todo, bien hay que decirlo, gracias a un casi único hit, My Sharona, #1 de las listas durante seis semanas en Estados Unidos y Canadá, y un montón de países de Europa. El tema de Capitol que más rápido llegó hasta lo más alto desde el I Want To Hold Your Hand de los cuatro sosos, en 1964.

Un beat fabuloso, una línea de bajo asombrosa –de las más legendarias de la música popular-, un riff de guitarra en el altar, de obligado estudio para quien se disponga a crear una banda de rock, y un cantante atontado por su suerte de ligón. Total, My Sharona, una canción rock energizante para la eternidad. Dave Grohl, batería de Niravana, siempre dijo que era su canción preferida –la banda la llegó a interpretar en algunos conciertos-. George Bush la tenía en su iPod –espera espera, no te creas que este pedazo de alcornoque me inspire, pero la historia del rock’n’roll se hace también con estas anécdotas-. Y anécdotas así, para escribir un libro. Lo mío es un blog, ahí lo dejo. Hala, al tajo.

 

 

Escucha My Sharona, la legendaria canción de The Knack