The Monkees – I’m A Believer

The Monkees fue posiblemente el primer grupo nacido de la mente avispada de algunos tiburones de la industria del entertainment televisivo y musical. Desde entonces, el fenómeno se ha ido amplificando y, si te paras a pensarlo –cerrando los ojos, cruzando los dedos, ajo en el bolsillo, estaca de fresno en el cinturón, rezando repetidas veces “vade retro satanas”- grupos procedentes, no de las ganas adolescentes de montar una banda de música, sino de un plan marketing de masas concebido para retirarse a los 35, ha habido cientos. No, esta vez no diré nada de Lady Gaga. Pero piensa en todos los boy y girl bands –sumando entre todos un porcentaje significativo del total de las ventas de discos-, y todos estos artistas lanzados al estrellato por programas reality de dudosa calidad –sin ir más lejos, Operación Triunfo aquí-, y te harás una idea del alcance de la plaga. De hecho, en 2013, la banda que encabeza las listas de ventas, One Direction, no deja de ser la última creación musical del programa The Frankensmax Factor.

The Monkees es lo que quedó de una serie televisiva creada a mediados de los sesenta para la cadena NBC, en Los Angeles, serie que no dejaba de dejar latente la imposibilidad de la sociedad americana a hacer frente o asumir la invasión del pop inglés, en especial de los cuatro sosos de Liverpool. La historia contaba las aventuras de una banda pop que quería ser como The Beatles –psss-, sin lograrlo nunca. Para formar al grupo, se publicó un anuncio en varias revistas del sector, Variety y The Hollywood Reporter, en el que se pedía a cuatro chicos sanos de diecisiete a veintiún años. Prepúberes, vamos. Se presentaron 437, y después de rechazar a algún que otro futuro crack – como Stephen Stills, miembro de Crosby, Stills, Nash, Furay, Tork, Coolidge, Russel, Campbell, Lewis, Ready, Hathaway & Young-, se eligieron a Micky Dolenz, Michael Nesmith, Peter Tork y Davy Jones. Según qué criterios? Misterio. Guaperas, lo más probable. Porque talento para tocar o cantar, inicialmente bien poco.

More Of The Monkees

La serie se estrena en 1966, obra de Bob Rafelson -quien dirigirá en 1981 una versión del Cartero Siempre Llama Dos Veces-, y Bert Schneider. Contra todo pronóstico, tiene un éxito tremendo. Naturales, cómicos, insolentes, carismáticos, los cuatro simios encuentran enseguida una forma de destacar y lograr el cariño de un país entero, haciendo de The Monkees una de las series más queridas de la época. Cincuenta y ocho episodios de veinticuatro minutos, dos temporadas, prácticamente una sola historia, la de cuatro chavales compartiendo una casa guapa en la costa oeste, inocentes frente a malvados de todo tipo sin escrúpulos. La serie hace especial hincapié en la música, contando cada episodio con su canción rodada como un vídeo clip. Cuando se llegan a siete u ocho temas, se saca un álbum. A partir de la serie se sacan cinco discos. Cuatro de ellos suben hasta el #1 de las listas de ventas. Los productores están eufóricos, el honor yankee está a salvo, la Monkeemania hace frente a la Beatlemania.

A partir de ahí, los cuatro ñoños se crecen, empiezan a pedir y exigir, hartos de no poder tocar ellos mismos los instrumentos en la interpretación de las canciones. Ays, por qué no lo dejaron en cobrar su cheque y punto? Se pone en pie una gira por todo EEUU, que se descalabra el día que piden a Jimi Hendrix tocar de telonero –¡¡¡de telonero!!!!-, con dos públicos radicalmente opuestos. En Inglaterra se les ve como cuatro cómicos simpáticos, hasta Lennon y Harrison les reciben con entusiasmo. A su vuelta a L.A. piden meter mano en los guiones de la serie, se arriesgan con posturas –bien ahí chicos- controvertidas, por pacíficas, y hacen evolucionar su música hacia el psicodelismo de Zappa o el country de Johnny Cash. La verdad es que no se quisieron conformar, partían de cero, llegaron a ser músicos de verdad, olé The Monkees. Y dejaron algunas de las canciones pop más icónicas de la época. Luego lo típico, se separarían, se volverían a formar, se volverían a separar, se volverían a formar. Hasta hace poco, que hicieron una gira en los US, sin Davy Jones, fallecido en febrero de 2012.

 

 

 

Escucha la más famosa de The Monkees, I’m a Believer