Carl Orff – Carmina Burana (O Fortuna)

Y digo yo, por qué las one hit wonders tienen que ser de pop o rock? Por qué no las va a haber del genero clásico? Díselo a Carl Orff, compositor alemán fallecido hace treinta años, al que se conoce por un único tema, O Fortuna, obertura de la obra Carmina Burana. Yaaaaaa, claro, los conocedores se indignarán al leerme, “pero por dios Carl Orff es algo más que esto”, lo mismo que la mama de Bobby McFerrin juraría que su hijo se sabe otra canción que no sea Be Happy Don’t Worry. Es más, preguntas en la calle y te dicen “Ah sí, el pollo de Excalibur”. Bueno, quitando que no es un pollo, el resto es bastante cierto: conocemos O Fortuna por formar parte de la BSO de Excalibur, majestuosa película de John Boorman de 1981.

Carmina

Carl Orff nace en 1895, en Munich, Baviera, Alemania, Europa –esto último no siempre, depende-, en una familia de militares amantes del bel canto. Con cinco años, empieza a estudiar el piano, el órgano y el violonchelo. Con dieciséis publica su primer libreto de lieder. La primera guerra mundial interrumpe su formación, por lo que se orienta hacia la dirección de orquesta. Hasta 1919 es Director de la Orquesta de los teatros de Mannheim y Darmstadt. Luego empieza a componer, varias obras corales y dramáticas que termina renegando –¿le pasaría lo mismo a Bobby McFerrin?-. Hasta 1937, sigue siendo un desconocido, pero aquel año y después de dos años de trabajo, estrena la BSO de Excalibur su cantata escénica llamada Carmina Burana, en la ópera de Frankfurt, dirigida por Oskar Wälterlin. La obra está basada en una colección de cantos goliardos –Wikifiouck: goliardo se refiere a cierto tipo de clérigos vagabundos en el siglo XIII– reunidos en un manuscrito hallado en el monasterio de Buren en Benediktbeuern, en la Baviera alemana -realmente Carmina Burana quiere decir Los Cantos de Buren-. Bueno, total, que de un día para el otro el Carlito se hace un nombre, gracias a una obra muy visual, cantada esencialmente en latín, aunque también contiene versos en alemán y en provenzal antiguo. El título completo de la obra es Carmina Burana : Cantiones profanae cantoribus et choris cantandae comitantibus instrumentis atque imaginibus magicis, es decir Cantos profanos para cantante solista y coros debiendo ser cantados con instrumentos y decorados mágicos –el vino alemán es así de peleón-. Carmina Burana cuenta con veinticinco “poemas”, aunque el 99,99% del público sólo conoce uno, que constituye la obertura, O Fortuna –dedicado a Fortuna, diosa de la suerte-. Son 2’45” –aproximadamente, depende de los Directores, algunos muestran especial interés en acabar rápido- de música épica, de esa que te pone los pelos de punta, con todos los ingredientes para gustar al gran público: coros, percusiones, ritmo crescendo, final abrupto. Es muy rock épico a lo Arcade Fire. Carl Orff nunca repetirá la hazaña, a pesar de tener una discografía abundante, por lo menos puede enorgullecerse de tener un verdadero one hit wonder, una de las obras clásicas más interpretadas en el mundo desde su creación.

Escucha O Fortuna, apertura de Carmina Burana, de Carl Orff