Goran Bregovic – Alkohol

¡Alkohol! Una oda a la bebida! Bendita rendición que la de Goran Bregovic; rodeado por el alcohol, el músico yugoslavo paga un noble rescate en forma de celebración a Baco, dios del vino, la embriaguez y el alborozo, etílicos y sexuales. El torbellino de alegría que supone su disco se debe tanto a la ingestión de la bebida nacional de los Balcanes –una especie de brandy de ciruelas- como a una música secular, acostumbrada a lograr que hasta los muertos muevan el culo. Y a la particular forma que tiene Goran de mezclarla con otros sonidos procedentes de casi cualquier rincón del planeta. La música “gitana international, inc.” que sale de las tripas de este artista es una invitación permanente a bailar de la forma más frenética que se pueda imaginar.

Goran Bregovic nace en el seno de una familia partida en dos. Padre croata, madre serbia. Padre militar, madre ama de casa. Padre alcohólico, madre abstemia. Si bien el alcohol impregna la vida balcánica desde siempre, en la familia Bregovic es omnipresente, como en muchas otras familias donde el padre se aburre como una ostra –hablamos de una época muy anterior a la guerra de la ex Yugoslavia-. Rápidamente el joven Goran se refugia en la música para huir de un ambiente cargado. Con dieciséis años forma el grupo Bijelmo Dugme, en el que canta y toca la guitarra. Imitando a Led Zepellin. Pronto se convierten en el grupo preferido de la juventud serbo-croata, y él en verdadera rock star, como sus ídolos Jimmy Page y Robert Plant. Durante quince años, se dedica de lleno a su grupo –aún habiendo terminado sus estudio de filosofía y sociología, por deseo expreso de sus padres-, publicando trece álbumes y vendiendo seis millones de copias de ellos. Para hacernos una idea, comparativamente, es como si Héroes del Silencio hubiera vendido aquí 45 millones de discos.

Durante los años 70’s, Goran Bregovic conoce a Emir Kusturica, detrás no de una cámara todavía, sino de una guitarra, en un grupo punk serbo musulman. Ays, ese arte que tenía la ex-Yugoslavia para mezclar naciones y religiones. Cuando Goran dice stop! –in the naaaaame of looooove, juas- a su carrera de rock star, se refugia en una casa en la costa adriática, y se pone a componer para Emir Kusturica, cuyo nombre empieza a sonar en el mundo del cine. En 1988, Emir realiza Tiempo de Gitanos, película con la que se hace con la Palma de Oro al mejor director en Cannes, en 1989. La BSO es cien por cien Goran Bregovic, y ambos hombres se ganan a pulso una merecida fama internacional. Seguirá su colaboración muchos años más, en especial para las películas Arizona Dream y Underground, dos películas que le permiten a Goran entablar amistades con grandes de la música popular occidental, como el inenarrable Iggy Pop, que sustituye momentáneamente su piel de iguana punk rock por la de un crooner desenvuelto.

Durante años Goran Bregovic siguió componiendo músicas de películas, pero pronto volvió a sus primeros amores. Reformó su banda Bijelo Dugme, y luego montó una nueva banda de música tradicional gitana, La Orquesta de las Bodas y Los Funerales, con la que realiza a mediados de los 90’s una grandilocuente y triunfal gira por toda Europa, con hasta 180 músicos y coristas, e incluso en EEUU y México. Desde entonces publica discos en los que intenta grabar lo mejor de la música de su país. Hace tiempo que ha abandonado la idea de conseguirlo en estudio, los músicos serbo croatas gitanos aborrecen repetir sesiones de grabación, lo suyo es todo corazón, y cantimploras repletas de alcohol, las que caigan. Alegría! Amor! Alkohol!

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Sus padres se habían divorciado años antes, ya no soportando más su madre el alcoholismo de su esposo. Finalmente es ella quien se fue primero, de una leucemia. Goran fue a ver a la nueva compañera de vida de su padre, que después de volverse abstemio años antes, se había comprado un viñedo que daba 1.000 litros de alcohol al año. Ella le contó que durante la enfermedad de su ex mujer, le siguió durante muchas noches cuando él parecía escaparse de casa. Descubrió que el pobre hombre se aproximaba todo lo que podía de la habitación en la clínica donde estaba su antigua amada acabando con su vida, y, debajo de la ventana, se dedicaba a beber toda la producción de su viñedo, de desconsuelo. Alkohol!

 

 

Escucha entero el disco Alkohol, de Goran Bregovic