Boney M. – Varios

Se cuenta que en lo más alto de su fama, el grupo Boney M. –hasta cuesta llamarlo grupo- fue invitado a actuar en Rusia por el mismísimo Breznev, con la condición de que no interpretaran la canción –hasta cuesta llamarla canción- Rasputín. Hay tantas anécdotas inventadas alrededor de esta formación que, según el humor del día, te hace sonreír o te da por tirarlo al saco de la Gran Farsa. Es un saco grande y muy cargado, que amenaza con romperse a pesar de las múltiples costuras añadidas, y que pesa como un asno muerto –una acémila muerta diría alguna-. Trataré de no convertir este blog en un nuevo Gólgota, juas.

Boney M. es el grupo lo más alejado posible de lo que uno entiende por música. Una banda prefabricada, en la que se integran miembros que no pintan nada, que no participan nada en la elaboración de los temas que luego reproducen en playback en programas TV y shows en público, y por colmo, no cobran apenas nada de los cientos de millones que generó el fenómeno. Y terminan viviendo malamente de los subsidios estatales, cuando estuvieron algunos años tocando el cielo con un dedo de oro. Mejor dicho chapado en oro.

Boney

Las canciones que han dejado para la posteridad son absolutamente insufribles, y la palabra se queda corta. Cuando las escuchaba de joven, en la radio, la tele, los bares, las fiestas, las discotecas, las tiendas, los supermercados, el coche, las odiaba. Era sólo dolor. Hoy cuando las escucho, me sigue doliendo en el alma. Y eso que con el paso de los años, me he vuelto infinitamente más tolerante, hay mucho funk dance disco de esta época que ahora me hace hasta gracia. Lo que no se les puede negar, y por ello Boney M. está en este blog hoy, es su entrega total a la causa, una dedicación hasta la muerte. Claro que para todos los componentes esta aventura representó una ocasión, más que única, totalmente inesperada, de ganar dinero y de salir de un plan de vida que no pintaba muy glorioso. Pero cuántos grupos de rock o pop, o del género que sea, no se han movido también por dinero?

Boney M. es una creación de Frank Farian, alemán con genio y olfato, procedente de la industria musical, que en pocos meses va a construir un hibrido de banda, ensamblando piezas intercambiables, como hizo Victor Frankenstein con su criatura. A mediados de los 70’s, graba él solito un tema –Baby do you wanna bump-, cuyo éxito le lleva a concebir una estrategia marketing digna de la industria automóvil o tabaquera. Contrata a bailarinas insípidas y a un “cantante” de goma y risueño –Bobby Farrell-, con el único propósito de acompañar las canciones que él crea, compone, graba y canta, bailando unas coreografías indignantes, en las que ni siquiera canta quien se supone debía.

Entre 1975 y 1981, se les veía sin parar en todos los medios y escenarios posibles. La cantidad de hits que se les atribuye es espantosa, no hay ni uno que no sepas tararear nada más leer el título: Daddy Cool, Sunny, Ma Baker, Rasputin, Rivers of Babylon. Esta última se quedó #1 de las listas UK cinco semanas seguidas, consiguiendo vender dos millones de copias sólo en Inglaterra, convirtiéndose en el tercer single más vendido en la historia de la música popular en casa de la momia real. En total Boney M. vendió más de cuarenta millones de discos en sus pocos años de vida, a mi me aterra. Aún así les tengo mucho respeto, se volcaron como pocos en lo que creían era una misión casi divina, pero la codicia del tal Frank Farian ese les privó del fruto de su esfuerzo y entrega, y a pesar de múltiples denuncias y juicios, él se quedó con la inmensa mayoría del producto de las ventas y las royalties. Tan sólo pudieron recuperar su nombre años más tarde, pero, envuelto en peleas interinas, cada uno de los miembros históricos y no tan históricos trató de rentabilizar la marca por separado, sin éxito ni uno ni otros.

En 2010, Bobby Farrell, la estrella de Boney M. a pesar de todo, fue encontrado muerto en su habitación de hotel en San Peterburgo, donde había actuado la noche anterior. Había pasado por una malísima racha pocos años antes: vivía en un piso de los barrios pobres de Rotterdam, sobreviviendo gracias a las ayudas sociales, cuando un día de pelea con su mujer, intentó acabar con la vida de ella. Después de una temporada en la cárcel, salió algo renovado, y encontró algo de fuerza para levantar cabeza y ofrecer sus servicios de bailarín risueño en recitales de poca monta, como si no hubiesen pasado los años, re-interpretando viejos hits de Boney M. ahí donde se le daba de comer.

Bobby Farrell, nunca me gustó lo que hacías, pero chapeau. En cuanto a ti, Frank Farian, vales menos que la mierda de tus canciones.

Escucha los mejores hits de Boney M.