Me están insistiendo para que publique mi top discos 2014. En principio no tenía ninguna intención -tal como decía hace poco en esta entrada-, es un ejercicio reductor, muy personal y si me apuro, pretencioso. Gustos y colores, ya sabes. Y los que he visto por ahí no invitan a hacer mi propio ranking, hay algunas omisiones y presencias de escándalo que parecen tener como único objetivo ponerme de mal humor. Y últimamente estoy sobrado de mala leche.

A ello hay que añadir que, de los 365 discos publicados aquí este año, poco más de un tercio son de 2014, con lo cual tampoco tengo tanta elección como para establecer un top. Así que más que un ranking, demos una vuelta por estos discos que me han gustado especialmente, sabiendo que podrían entrar muchos más. Y así me libro de buscar un artista para hoy.

Hacía este mismo ejercicio hace tres semanas y no dudaba un minuto en poner a The War On Drugs y su álbum Lost In The Dream como mi preferido 2014, justo delante de Owen Pallett con In Conflict. Pero el doce de diciembre estuve en el concierto que el canadiense dio en la Sala But de Madrid y me quedé sencillamente maravillado -y la palabra se queda corta-. Uno de los conciertos más emocionantes e intensos que he visto en toda mi vida, y he ido a unos cuantos cientos. Además me han regalado el vinilo en Navidad, así que ya no sé con cuál quedarme. Ambos álbumes me chiflan y fascinan a su manera.

Luego pondría a Sleaford Mods, con Divide & Exit. Justo lo contrario de los dos anteriores, este dúo rabioso toca una música despojada de cualquier adorno, acompañada de una letra abrasiva. Rap punk enervado, soy fan absoluto.

Y luego vendría un gran saco con otros muchos trabajos geniales, de todos los horizontes y géneros. Por ejemplo, un gran descubrimiento para mi este año ha sido esta chiquilla de Los Angeles con nombre hispano, Irene Díaz. Preciosa voz, hermosas melodías, incomprensible que no tenga apenas presencia en los medios. Y para seguir con chicas, Saint Vincent y su disco homónimo de pop rock indie, y Emmanuelle Seigner, con Distant Lover, actriz y cantante francesa, autora de uno de los mejores discos de rock de este año en el país vecino.

Para rock está el fenómeno King Krule. Si eres un fiel lector del blog, sabrás que me llama especialmente la atención la precocidad de algunos. Este inglés tenía diecisiete años cuando sacó un primer EP, brillante, original, maduro. ¡Qué talento por dios! Y Parquet Courts, la nueva furia punk rock neoyorquina, o en la misma línea los españoles de Juventud Juché. ¡Jóvenes al poder!

Y luego, cuánta belleza, emoción y fuerza en los discos de James Vincent McMorrow, She & Him, Chet Faker, Gruff Rhys, Sébastien Tellier, Sean Rowe y Benjamin Clementine. Y qué decir del soul de Curtis Harding, la genial electro de Liars, el rock euforizante de Divine Fits, el soberbio cold rock de Dead Man’s Bones.

Estas listas se quedan cojas e imperfectas, algunos artistas necesariamente acaban en la cuneta, cuando podrían perfectamente caber. Pero me siento satisfecho con el repaso. Son todos fabulosos discos que me han encantado y que seguiré escuchando el 31 de diciembre de 2016, 2017… [bueno, naturalmente si dios Elvis me presta vida].

Ah, claro, no podía no poner algo para escuchar y bailar, ya que esta noche de eso se trata –yo no, estaré durmiendo antes de las uvas, hay que ser coherente con uno mismo-. Te dejo con la canción que más habré bailado solo como un idiota en estas últimas semanas, Yelling In Sleep, de Rich Aucoin. La canción más alegre, energizante y loca de cuantas habré escuchado en 2014.

Feliz 2015, que te sea súper rock’n’roll.