[el que te encuentres en estado comatoso tirado del revés en la cama con la ropa puesta y un aliento de oso pardo no te libra de enchufar el reproductor, pedazo de vago.]

¿Será 2015 menos tonto que 2014? Y yo qué sé. Cada uno con sus criterios y expectativas. Lo revelador de los tiempos que nos tocan es que después de tantos años chungos ya no nos deseemos un año mejor, sino uno menos malo.

Esta es mi lista de plegarias, por si dios Elvis me escucha: primero, ya va siendo hora de que mis proyectos profesionales salgan adelante. Segundo, pido salud y amor, aun sabiendo que no depende solo de mi. Tercero, no estaría mal que mi coche se dejase de tonterías y se conformase con llevarme a donde yo quiera sin antes pasar por el taller. Cuarto y por último, me gustaría llegar al día tres de noviembre. Si no me he equivocado en mis cálculos, ese día leerás mi último post. Fiouck despachurrará al Tomate y yo recuperaré mi identidad. Buf, me suena a ciencia ficción.

Eso sí, si para las 307 entradas que me quedan encuentro material tan bueno como Jungle, va a ser un camino de rosas. De no esperar a hoy para publicarlos, sin duda entraban en mi selección de discos para 2014.

Jungle es un pequeño milagro. O uno grande. Uno inmenso, sin límite conocido. De alegría, inteligencia, funk y groove. Música aparentemente sencilla y maravillosamente bien hecha. Que te pone el corazón ligero, te despeja la mente y alivia esa resaca de antología que te pega al cuerpo –a mi no me mires, dormía antes de las uvas-.

Me acabo de pedir el vinilo. Mi particular forma de decirles a los dos músicos del combo que son geniales, que han hecho un trabajo formidable, que gracias a ellos ese día uno de enero se hace más soportable. Ahora mismo cogía el coche –ays, el mío no sé, tengo que hablar con él-, ponía los cascos y me iba a la playa, cualquiera, con Busy Earnin’ en bucle.

Muy rápido, porque casi no importa: son londinenses, blancos –lo digo más que nada porque por la música que tocan, no es tan obvio-, apenas aparecen públicamente, sólo quieren que su música hable por ellos. El disco homónimo se publicó el verano pasado y está a la venta en todas las farmacias, porque lo cura todo. Es un deleite, un regalo inesperado.

Que tu 2015 sea como este disco, luminoso y feliz.