Los años 2000 fueron el escenario de un revival del rock bueno. De repente emergieron grupos movidos por la misma idea, volver a las raíces del rock de los 70’s, un poco sucio, sin efectos especiales, conservando el sonido de las Fender Stratocaster bruto y sin farol, mucha energía y ganas de romperlo todo en los escenarios de medio mundo.
Franz Ferdinand, The Libertines, White Stripes y Jet por nombrar sólo los más conocidos, se propusieron resucitar cierta idea del rock, aquel que se tocaba hace cuarenta años en el CBGB de Nueva York o en el Marquee Club de Londres antes que en cualquier otro lugar del planeta. Invadieron las salas e inundaron los festivales con un sonido bruto como hacía mucho que no se escuchaba, con la formula mágica: voz + guitarra(s) + bajo + batería. Teclados? Casi fuera, o los justos. Irrumpieron desde UK, Australia, Estados Unidos -mientras que aquí seguíamos con Heroes del Silencio, ya ves-. Y en medio de todos, el grupo más emblemático del revival, The Strokes.
The Strokes, o cómo hacer rock garaje del mejor con niños bien de la «alta» sociedad neoyorquina. No es que salir de la calle sea un requisito imprescindible a la hora de tocar rock, pero resulta no menos curioso ver cómo este grupo nace de la mano de cinco chavales no precisamente desfavorecidos. John Casablancas, cantante y líder carismático de The Strokes, es hijo de un español fundador de la agencia de modelos Elite y de una modelo danesa –Miss Dinamarca en 1965-. Albert Hammond Jr, guitarrista, es hijo del músico-autor-compositor inglés del mismo nombre y de una madre argentina. Nikolai Fraiture, bajista, es hijo de padres franceses, y se ha criado en el Liceo Francés de Nueva York, donde conoció a Casablancas. Fabrizio Moretti, batería, es hijo de un padre brasileño y una madre italiana. Y last but not least, Nick Valensi, guitarrista, hijo de un padre tunecino y una madre francesa. Esto sí que es cosmopolitismo, madre mía. No les quita mérito creativo, pero supongo que ayuda a la hora de llegar donde llegaron.
Su debut fue fulgurante. Cuando lo normal es gastar energía y cuartos durante años en salas de ensayo y chiringuitos diminutos antes de ver la luz, ellos no tardaron ni dos años en sacar su primer álbum, Is This It, en 2001, después de originar un verdadero fenómeno en sus primeras actuaciones en el Lower East Side de NYC y ver cómo su popularidad crecía de forma vertiginosa.
Como en toda banda rock que se precie, el disco fue envuelto en una polémica en los US por el diseño de la portada y por uno de los temas. La mano con guante metida en un trasero femenino –una foto sumamente elegante- fue sustituida por una representación de una colisión de partículas, mientras que la canción New York City Cops, They Aint Too Smart -algo así como los polis de NY no son muy listos, una provocación involuntaria al editarse un mes después de los atentados de NY- fue directamente suprimida del listado de tracks. El disco recibió las mejores criticas, fue declarado álbum del año por Entertainment Weekly, y al grupo le empezó a perseguir a todas partes un letrero luminoso de 20 metros de alto donde ponía “Los Salvadores del Rock”.
Pero el álbum que mejor representa su afán por recuperar el sonido Garage de los 70’s fue el segundo. Después de realizar una extensa gira por Europa, Asia y los propios US, la banda entró de nuevo en un estudio a principios de 2003. El resultado, Room on Fire, recibió nuevamente buenas críticas pero sin embargo no se vendió ni la mitad de bien que el primero. Y eso que es un disco enorme. Once temas con un formato a la antigua, en la música como en la duración –ningún tema supera los 3’35”, y seis de ellos no llegan a los 3’-. Es rock a lo grande, con una energía envidiable. Guitarras sucias y voz sin efectos. Si no lo he escuchado 1000 veces… Rock’n’Roll!
Escucha entero Room on Fire, de The Strokes
THE grupo de mi hijo de 16 años! Gracias Fiouck!
Genial, hay relevo pues! Puedo irme en paz!
Estupendo
¿Verdad?
Ayer falleció el progenitor del cantante, John -como su hijo- Casablancas, fundador de la agencia de modelos Elite, descubridora de chicas tan hermosas como Cindy Crawford, Claudia Schiffer, Monica Bellucci, Naomi Campbell, Gisele Bündchen y Heidi Klum. Ays, no sé si «disfrutaba» del derecho de pernaba, pero qué envidia…
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