En 2013 parece inconcebible que un grupo con éxito en un territorio dado no lo tenga en los países vecinos, y si me apuro, a nivel planetario. La digitalización de los contenidos, la facilidad con la que se intercambian, la cantidad de webs y blogs testigos de la creación musical hace que sorprende que grupos con éxito en un país no repitan en el de al lado. No hablo de géneros propios de una nación –el flamenco apenas sale de aquí, la country music tampoco lo hace de los EEUU, el yodel tirolés menos aún gracias a Elvis dios-. No, hablo de géneros tan universales como el rock o el pop.
Tomemos el ejemplo de Ghinzu. No te suenan, ¿verdad? Ghinzu es una banda belga. Belga de Bruselas… Madrid-Bruselas, 1.571 kms. Nada. En internet, un micro segundo. La puerta al lado. Ghinzu vendió 100.000 ejemplares de su segundo álbum, Blow, en 2004. Es rock del súper bueno –para simplificar digamos que se parece a The Strokes, tal vez un poco más barroco o lírico-, cantan en inglés, llenan el Zenith de París (aforo de 6.000 plazas) en un plis plas. Y aquí no les conoce ni su madre. No tienen ni página en español en la Wiki. En jenesaispop, uno de los blogs de música digamos pop-rock más leídos de este país, el buscador devuelve un lacónico Nothing Found. Qué grupo español de rock ha vendido 100.000 copias de uno de sus álbumes recientemente? Curioso.
Ghinzu nace en 1999 y publica un primer álbum el año siguiente, Electronic Jacuzzi. Recibe una calurosa recepción por parte de la crítica y del público. Bélgica siempre ha dado grandes grupos de rock y electro rock. Front 242, TC Matic, Hooverphonic, Neon Judgement, dEUS, Soulwax. Y quien no recuerda a Plastic Bertrand y su Ça Plane Pour Moi –venga ya, es coña-. Pero Ghinzu es otra cosa, rápidamente se convierten en la referencia rock belga. Sin embargo tardan otros cuatro años en sacar un segundo álbum, el ya mencionado Blow. Y luego otros cinco para el tercero, Mirror Mirror. Los discos son enormes, pero lo mejor –según dicen, ya que no se les ha visto por aquí nunca- son sus actuaciones en directo. Hacen rock, y como tal se comportan. Olé Ghinzu.
La portada de Blow fue prohibida fuera de Bélgica –se ve al cantante sosteniendo su propia cabeza que una hoja acaba de cortar-. El disco no se mueve de su línea electro barroco rock. Muchos de los doce temas que lo componen empiezan lentamente antes de seguir con crescendo en la intensidad y el ritmo. Hay mucha tensión en todas, si bien cada canción desarrolla su atmosfera propia. Do You Read Me, Dragster Wave, 21st Century Crooners (¡wow!), tremendas canciones todas. Pero la mejor es la que abre el disco, con el mismo nombre. Blow. Nueve minutos implacablemente euforizantes. Rock’n’roll!
Escucha entero Blow, de Ghinzu
Brillantes, uno de mis grupos de rock predilecto. Vaya discazo: Blow. Rock sofisticado, con clase 🙂
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guauuuu
Pues sí, tal cual, guauuuu