Plastic Bertrand – Ça Plane Pour Moi

El jueves por la noche, me invitaron al pre estreno de El Lobo de Wall Street, de Scorsese. A caballo regalado no se le mira el diente, así que fui, aunque a mi en principio el Di Caprio no me va. Bueno, no me iba. Salí de la sala 179 minutos después, con la sensación de haber visto la mejor película de los últimos, qué… 10 años? 15? Más? No estoy seguro, de hecho no sé ni desde qué otra película estoy midiendo el tiempo pasado.

El Lobo de Wall Street, o cómo concentrar en menos de tres horas la vida real de uno de los mayores h… de p… que haya visto pasar Wall Street –y unos cuantos han desfilado y siguen desfilando por este barrio-, Jordan Belfort, el más chalado, exagerado y caricaturesco de los locos de las finanzas salvajes, estas mismas en el origen de todos nuestros males de hoy. Casi sale simpático, en parte por la inmensa prestación de Di Caprio al que acaban de dar el Golden Globe al mejor actor.

Una historia delirante y frenética, llena de cocaína y pastillas, pollas y coños, whisky y champagne, tacos y gritos, dinero y… cero escrúpulo, cero arrepentimiento, cero moral. Culto indecente al dinero y los excesos que lo rodean. Fueron cinco años tan exagerados y esquizofrénicos que lo miras todo atónito, no tanto con la duda de si te hubiera gustado formar parte de su sequito –hay algunos traseros femeninos que molan eh?-, más bien si hubieras podido. Y fíjate que ni hablo de moral, sólo de la capacidad a aguantar tanta droga, tanto sexo, tanto alcohol, ese colocón perpetuo, esas bacanales que devuelven Calígula a una serie infantil. Es dantesco. Es una jodida y grandísima película.

PLastic Bertrand

 

Con una Banda Sonora Original a la altura. Scorsese, a pesar de sus 71 años, es muy rock’n’roll a la hora de acompañar musicalmente sus películas. Recuerdo en especial la escena final de Goodfellas, Uno de los Nuestros. Ray Liotta -el arrepentido que se salva el culo enviando a la cárcel a sus compañeros de fechorías- que acaba de iniciar su nueva vida de hombre escondido y protegido por el FBI, se encuentra delante de lo que va a ser su nueva casa, se dirige a la cámara diciendo “soy un don nadie y viviré el resto de mi vida como un don nadie”, y empieza a sonar la furiosa versión de My Way por Sid Vicious. ¡Rock’n’roll!

En El Lobo de Wall Street pasa lo mismo. La BSO, dirigida por Howard Shore, está compuesta por 60 canciones sacadas de muchas épocas y géneros, en su mayoría temas con un tempo muy rápido. Empiezo la lista? Cypress Hill, Foo Fighters, The Lemonheads –con su genial versión de Mrs Robinson-, Devo, Malcolm McLaren, Ian Dury. Claro que también hay jazz, soul y ritmos cubanos. El CD de la BSO a la venta sólo contiene dieciséis canciones de las sesenta, habrá que ver hasta qué punto son las más representativas del ambiente de la película. Y en medio de tanta orgia musical –y sexual-, me llamó mucho la atención una canción. Más que llamarme la atención, me hizo gracia. Llevaba lustros sin escuchar Ça Plane Pour Moi, de Plastic Bertrand.

Esta canción, publicada a finales de 1977, me ponía muy nervioso. Por una parte tenía una línea de guitarra muy punk y yo ya estaba rendido a los Sex Pistols. Pero enseguida salía la voz de falsete pop de Plastic Bertrand y le traicionaba. Aún así tenía su gracia. No voy a mentir, cuando la ponían –y nunca faltaba- en nuestras fiestas de adolescentes, yo bailaba. De vez en cuando algún enterado ponía la versión en inglés, Jet Boy Jet Girl, interpretada por una banda punk llamada Elton Motello, con una letra sexualmente explícita, nada que ver con nuestro belga modosito.

Y fíjate la gran farsa siempre al acecho, nada más publicarse la canción, corrió un rumor sobre quien cantaba de verdad. Que sí el plastiquito, que si Lou Deprijck, el productor artístico del artista. En 2000, el ingeniero de sonido al que le tocó aquel día grabar el tema en el estudio declaró que “sí, no fue Plastic Bertrand, fue Lou”. Aún así el mentiroso –en el fondo qué más da- esperó otros diez años en confirmar que en la versión del disco, no cantó él, sino Lou Deprijck –este señor tiene un apellido complicado de escribir, me tengo que concentrar bastante-. Ça Plane Pour Moi fue un éxito planetario, hasta entró en el Billboard Hot 100, cosa harto difícil para una canción en francés. En más de treinta y cinco años fue versionada múltiples veces, incluso los Red Hot Chili Peppers la tocaron en concierto. Qué cosas…

 

 

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