Curioso que después de sesenta y cinco años de rock –ver post sobre Fats Domino de hace pocos días-, a ninguna banda se le haya ocurrido nunca llamarse The Men, hasta que The Men se hiciera con el nombre hace cinco años. Doble chollo, es fácil de recordar y google te lo sirve a la primera. No como estos dublineses trash de Girl Band. El peor nombre que se podían haber pegado para localizarlos en internet. O estas chicas de San Francisco que se llaman Tits. Vete tú a encontrar su web oficial sin antes pasar por cientos de páginas de sexo on-line. De paso aproveché para buscar Fiouck en google, encontré uno que de verdad se llegó a llamar así, sale un tal George Fiouck en un artículo de la edición del Waterloo Evening Courier del 27 de octubre de 1924. Hola George.
The Men. Cinco miembros, cinco años de vida, cinco discos, una regularidad casi metronómica. Cada uno distinto del anterior, para despistar a sus seguidores. El último, Tomorrow’s Hits, publicado hace menos de dos meses, mola. Desde su primer disco, vienen tocando música rock post punk, pero equivocándose conscientemente de referencias. Como si se hubiesen subido a una máquina para viajar atrás en el tiempo, pero con un reloj incapaz de quedarse en 1977, haciendo que visitaran varias épocas, desde Buddy Holly hasta Pixies o Nirvana. El resultado es claramente música muy muy enervada, pero con sonidos varios, cuidadas melodías, sección de cobres y una oda en cada tema a su amado Tom Petty. Raíces rock US puro duro, aunque también recuerdan a The Strokes o White Stripes.
Hay de todo en este disco. Rabia frenética en los más de seis minutos de Pearly Gates, balada casi sospechosa en Settle Me Down, nostalgia dylaniana en Dark Walz, guitar heroe a lo Springsteen en Going Down. En su día, 2012, Pitchfork nombró Best New Music al tercer álbum de la banda, Open Your Heart. A este Tomorrow’s Hits, podrían nombrarlo Best Classic Rock Music. Me encanta.