Hay gente –rara rara rara- que entra aquí todos los días desde que abrí el blog. Su particular calvario, con el Gólgota a más de 500 días de camino. Noto como los nervios empiezan a aflorar. Ayer uno de ellos me dijo que mis posts eran un pelín largos, en plan «Entiéndeme Fiouck, tengo una familia que alimentar». Poco le faltó para decir que había encendido una vela el día que hablé de Samuel Barber y su Adagio For Strings -tan sólo doce palabras-. Bueno, yo siempre lo he dicho, soy un amante de la música a la antigua, no entiendo a estos bloggeros que empotran el vídeo youtube del nuevo no sé qué y tan panchos dicen que tienen un blog de música. De hecho menos entiendo a los lectores que los siguen, se conforman con tan poco…

Pero en fin, seamos positivos y parezcamos cercanos a la audiencia, hoy hare un post cortito. Más que nada porque hasta hace 40 minutos no conocía al grupo de hoy –quien no falla es mi Fiouck’s Certified Provider #1-.  En el post de ayer, hablaba del revival rock de hace doce o quince años, haciendo un corto repaso a las bandas que ya habían tenido un post y mencionando de lejos otras que no lo iban a tener, por ser de segunda división. Resulta que, claro, había una liga inferior, llamémosla Tercera. En ella competían un montón de grupos que hacían exactamente la misma música que los elegidos, pero que por motivos desconocidos –o demasiado bien conocidos, según- no llegaron a ser muy conocidos. Como The Walkmen.

¿Dije post corto? Allá vamos. Se formaron en 2000, siguen en activo, han publicado siete álbumes de estudio –el último, Heaven, de 2012-, a veces pasan por España en concierto. Hacen rock del bueno, nada que decir, lo malo es que siempre a destiempo. Sonaban a Strokes, Franz Ferdinand, Libertines y White Stripes a la vez. Dicen que se salvaban en concierto, pero no tuve la suerte de verles. Destacaba especialmente el cantante, muy carismático, y el batería, que tocaba como si se fuera a morir justo después.

¿Ves? Un post corto. Ala, a alimentar a la tribu. Te dejo con algunos temas del álbum Bows & Arrows, publicado en 2004. Contiene la que es su mejor canción, con creces, The Rat, épica y euforizante. Rock’n’Roll.