Hauschka – Abandonned City

Dieses klavier ist sehr schön –este piano es muy bonito-. Good Fiouck, cinco años estudiando alemán de joven, para rescatar con mucha dificultad esta frase penosa y cutre. Eso sí, no caí en la trampa, piano se dice piano en tropecientos mil idiomas, menos en alemán que se dice klavier. El alemán es un idioma raro, algo retorcido. No dicen veintidós o treinta y cuatro, sino dos y veinte, cuatro y treinta. No dicen “me gustan las judías verdes” –yo tampoco, las aborrezco-, dicen “como judías verdes bien”. En fin, si les gusta complicarse la vida, allá ellos ¿verdad? Incluso a la hora de tocar el klavier, les gusta enredar la cosa, como Hauschka, nuevo icono del piano preparado.

¿WTF el piano preparado? Sencillo, coge uno y altera su sonido colocando todo tipo de objetos entre sus cuerdas o contra los macillos y apagadores, y ¡zas!, tienes un piano preparado. El término lo acuñó, parece ser, John Cage –no confundir con John Cale, de la Velvet Underground-. Este artista y poeta americano era ante todo un incansable compositor de “experimental contemporary music” –coñazo, en español-, gran inspirador del movimiento Fluxus –movimiento de arte contemporáneo de los 60’s próximo al dadaísmo- y del grupo musical vanguardista español Zaj –misma época, de la mano del español Juan Hidalgo y el italiano Walter Marchetti-. En fin, todas cosas que manejamos y conocemos perfectamente ¿verdad? Total, el John Cage le metía de todo a su piano a la hora de interpretar sus sonatas e interludios, hasta gomas de borrar y pernos. Si bien acunó él la palabra, quien lo practicó primero fue, como no, Erik Satie; concretamente en su obra Piège de Méduse, de 1913, en la que introducía hojas de papel entre las cuerdas para recrear el sonido del mono mecánico que salía en la obra.

Hauschka

¿Y a qué viene todo esto? Pues que esta técnica no ha muerto, todo lo contrario. Sigue atrayendo a muchos pianistas, por las posibilidades que ofrece y un abanico de sonoridades nuevas infinito. Un si bemol no suena igual si metes media calabaza detrás del macillo o una suela de deportiva después de una maratón. Yann Tiersen ,por ejemplo, que conoces por la BSO de Amélie Poulain, es adepto del piano preparado. Pero quien le está dando sus cartas de nobleza al engendro es Hauschka, nombre de artista de Volker Bertelman, pianista alemán de 48 años que acaba de publicar su undécimo álbum, Abandonned City.

Yo soy un gran fan del piano en general, me fascina. En este blog he publicado a más de uno de sus máximos compositores y/o intérpretes, desde Satie a Dorantes, pasando por Debussy, Keith Jarrett o Krystian Zimerman. Hasta publiqué sobre uno de los maestros del órgano, Charles-Marie Widor y su maravillosa Toccata Sinfonía Nº 5 Opus 42si no la escuchas ya, te mando 20.000 voltios vía el teclado-. Así que le doy la bienvenida a Hauschka y su Abondonned City. Sólo he podido escuchar tres piezas del disco pero me ha merecido la pena. Piano preparado no está reñido con melodía y emoción, esto Volker Bertelman parece haberlo entendido a la perfección. Es muy, muy bonito.

[En este vídeo del single extraído del álbum se puede apreciar todos los objetos insertados.]

 

 

 

1 comentario en “Hauschka – Abandonned City

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