En la segunda mitad de los años 60, Keith Jarrett solía tocar en uno de los múltiples garitos Jazz del barrio latino de París -St Germain-, el Cameleón. Ahí empezaba a deslumbrar con su particular técnica, muchas veces basada en la más absoluta improvisación. Hubo una época en la que venía a escucharle todas las noches el mismísimo Miles Davis. Un día se le acercó, a medio camino entre fascinado e intrigado, y le preguntó: “¿Cómo lo haces? ¿Cómo puedes tocar a partir de nada?”. Keith le contestó: “No lo sé. Porque la pregunta no es esa, la realidad es la de saber si un músico concibe la nada como la falta de algo, o como un ‘lleno’ que surge espontáneamente”. Este es el post nº 281 del blog, y posiblemente sea esa la frase más inteligente que en él se ha leído. Bueno, naturalmente quitando algunos chascarrillos que he ido soltando por ahí, ¿eh?
Keith Jarrett va para sus 70. Vive aislado, cerbero de su propia vida privada, a hora y media de Nueva York, en medio de bosques y lagos, en una finca muy grande, protegida de los curiosos por un alambrado no muy acorde con la idea que se hace uno de uno de los grandes pianistas de este siglo. Corren leyendas sobre esta mansión, se cuenta que tiene un salón con grandes ventanales abiertos hacia la naturaleza, con dos Steinway & Sons cara a cara, uno negro y otro blanco. Leyenda total, no existe esta habitación. En su fortín, recibe poco, menos a los medios, pero cuando lo hace, se sincera. Hace más de quince años, casi le hunde una enfermedad rara, que los médicos terminaron llamando el síndrome de la fatiga crónica. Tardo años en salir de ella, en base a pelear, mucho pelear. Desde hace diez años, ha vuelto a componer, y sobre todo, lo que más le gusta en la vida, a improvisar.
La improvisación es un arte que pocos pianistas manejan como Keith Jarrett. Improvisar no es otra cosa que sentarse frente a un instrumento, en este caso el piano, sin tener ni la más mínima idea de qué tocar, y ofrecer una actuación coherente, potente, bonita, emocionante. Su formación de pianista clásico le ayuda mucho, porque requiere una gran técnica. Empezó muy joven, con tres años, y con ocho dio su primer concierto clásico, en su ciudad natal de Allentown, en Pensilvania. En esta primera actuación, tocó Bach, Mozart, y terminó por dos obras suyas, siendo una de ellas improvisada. Ocho años. Wow. Con diecisiete años, rechazó una beca para ir a París a estudiar en la escuela de Nadia Boulanger –ya mencionada en este blog varias veces como una de las profesoras de piano más legendarias del siglo XX-. Más adelante, sí aceptó entrar en la Berklee School de Bostón –los más asiduos recordarán que esta escuela ya se mencionaba ayer en el post dedicado a Esperanza Spalding-. Una vez adulto, pasa del clásico al jazz, y empieza a tocar con bandas de todo tipo, en las que su arte termina quitándole el estrellato a músicos mucho mayores. Muy al principio de los 70’s, se convierte en paralelo en el pianista de la formación de Miles Davis. Dos años más tarde, logra grabar su primer disco, con sus primeras composiciones, directamente de la mano de uno de los productores musicales de jazz más afamado, Manfred Eicher, dueño del prestigioso sello del mismo nombre. Es este mismo Manfred Eicher, que, tres años más tarde, grabará el famoso concierto The Köln Concert, uno de los discos más famosos de la música moderna.
En enero de 1975, la Ópera de Colonia invita a Keith Jarrett a dar un recital, durante la gira que el músico está realizando en Europa, desde dos años atrás. Un concierto y la grabación resultante se hacen famoso, al margen de la calidad de la actuación y la grabación, cuando todo está en su contra. Aquel día el artista se sentía fuera de lugar, agotado por la falta de sueño, con dolores de espalda, pero sobre todo particularmente enfadado por la calidad del piano que la organización le había dejado para la ocasión, muy alejada de lo que él había solicitado, todo por culpa de una huelga de transporte. Hasta el último momento estuvo dudando entre tocar o marcharse. Finalmente, se sentó frente al piano, y empezó reproduciendo las cuatro notas de la musiquilla de llamada a la orden del recinto musical. El público primero se extrañó, pero pronto se dejó invadir por esta extraña sensación de estar presenciando algo inmenso, mágico, casi de ciencia ficción, más de una hora de música improvisada de la primera a la última nota. Aquella noche Manfred Eicher y el técnico de sonido Martin Wieland hicieron malabarismo para grabar el concierto de la mejor forma posible, y pasaron días encerrados en el estudio para sacar el mejor sonido posible. Desde su publicación, The Köln Concert es con creces el disco de jazz, pero también el disco de piano, más vendido de la historia. Más de tres millones y medio de ejemplares. El disco que posiblemente más hizo para acercar un público inepto –como yo, dirán algunos lectores, ajem- al jazz.
Keith Jarrett, después de salir de su enfermedad, volverá a repetir la hazaña en 2002, en Japón, en dos actuaciones igual de legendarias. Pero el disco que abrió el camino y se quedará para la eternidad es el de Colonia. Fabulosa obra. Lamentablemente sólo tengo la Part II a para proponerte. Aunque esta es la que más me gusta a mi. De joven tenía el vinilo, uno más que se me fue, desesperante.
Escucha parte del Köln Concert, de Keith Jarrett
Yo tengo el vinilo, si quieres te dejo acariciarlo. Y el cedé también, claro. Mis euritos para Manfred, que se forró con Keith. Ojo, que además de ser uno de los discos más vendidos de la historia es que, encima, era doble (más caro) y puso al sello ECM en órbita, con esas portadas tan bonitas, mmmmmmmmm.
Hombre con suerte…. o con menos mudanzas a sus espaldas!
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yo tambien tengo el disco y cd todavia tiene el celofan!me acuerdo de grabarlo en cassete para no gastar el disco !!
Hombre yo tengo el piano del concierto de Colonia en casa, en una caja de madera:-)
Excelente post. Por ahí subo la parte I a mi blog y te hago un pingback.
Salut.
Hola Galois, gracias, supongo que lo que dices es bueno, pero me suena un poco a chino:-)
Cuál es tu blog?
El que enlaza mi nombre de usuario. http://trasnochada.es/ 🙂
Sobre lo del pingback es justo lo que hay arriba de los comentarios, cinco pingbacks de otros post de tu blog hechos a este post. Básicamente es citar dentro de un post, con un enlace otro post, del mismo blog o de otro.
Salut.