A veces me pasa; aún teniendo asumido el reto tonto de nutrir el blog con una nueva entrada cada día, por mil motivos y por mucho que me pase el día pensando en ello, no puedo cumplir. Simplemente, no encuentro el tiempo de alimentarlo. Como cuando tienes un perro en casa, sabes que lo tienes que sacar a la calle para que haga sus cosas, pero una noche abdicas y dices: “venga obi-wan, haz lo que te de la gana, paso siquiera de recoger, hala, no miro, tú mismo”. Lo normal sería que no se molestara mucho, te mirara y dejara un recuerdo en el suelo, con mirada de pena que no sabes si va para la moqueta o tus narices. Pero nunca pasa, al final siempre encuentras algo de energía para llevarle fuera. Todos los días con la misma faena y un nuevo motivo de satisfacción. Como Fiouck y este blog.
La última vez que se me bloquearon los sesos, terminé dedicándole el post a la Gaga –Miss Bistec la llamo yo-, acompañándolo con una creación propia, corta, para instrumentos de viento. Hoy aprovecharé la ocasión par poner a un cantante francés que en otras ocasiones, probablemente no hubiera conseguido hacerse un hueco. Gérard Manset, cerca de setenta años, aunque en su caso parece que la edad ni le importa ni le afecta, uno de los artistas galos más respetados, por mucho que nunca haya accedido a hacerle el juego a la industria musical.
Cuando me fui de Francia, hace ya bastantes años, todavía le seguía una leyenda rara, la de no haberse producido nunca en concierto ni haber concedido nunca una entrevista. El artista más enigmático del panorama musical y cultural francés. En estas condiciones, resulta difícil hablar de él y su obra.
Empezó en 1968, en plena revuelta estudiantil y obrera francesa. Después de llegar a la conclusión de que no solo tenía talento para la música y la letra, sino que la policía tampoco le ponía fino a porrazos, publicó él solo una de las canciones más raras y llamativas de la chanson française de la época. Animal on est mal no vendió mucho, pero se inscribió para la eternidad en el inconsciente francés. En 1975, después de publicar cuatro álbumes –en los que hace absolutamente todo en su propio estudio de grabación- siempre bien recibidos por los medios, saca el tema Il Voyage en Solitaire. Una de las canciones más arraigada en la cultura musical francesa, icono como pocas de los 70’s, del que se vendió más de 300 mil ejemplares sólo en 45t.
Durante años, Manset se queda como un artista único, exigente, solitario, que no deja a nadie que se meta con su proceso creativo y editor. No es músico de masas, aunque casi cada uno de los discos que publica vende más de 100 mil ejemplares. En 1989, compuso y sacó el álbum más rock de su discografía, Matrice. Tan sólo siete canciones de rock oscuro con ambiente casi vomitivo, brillantemente y perfectamente arregladas por él mismo, un disco aclamado por la crítica de la época y por Fiouck de 1989 y de 2014. Camion Baché y Matrice forman parte de mis canciones preferidas del rock francés, temas icónicos irrepetibles.
Tenía el vinilo, me jode sobremanera no haberlo conservado.
[el audio de Animal on est mal es el único que encontré, sale de una radio, por lo que la voz del principio no cuenta]
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