Traicionado por mi propia hija, porca miseria. Ayer me mandó una captura de pantalla de su móvil. En la imagen, cual cuchillada en la espalda, un 2048 socarrón, como burlándose de mi patético 1024, logrado hace poco después de dedicarle un tiempo del que no dispongo, hay que ser idiota. Y ella tan pancha, llega a 2048 sin apenas despeinarse. Ahora seguro estará camino de un 4096 y por qué no, de un 8192. ¿Por qué soy un negado para los video juegos? Soy de la vieja escuela, me iba mucho mejor cuando había que pagar en los recreativos, porque si jugar bien es divertido, jugar bien cuando has pagado por ello, es un deber, te dejas la vida en ello. Hoy es día Calimero, la vida es injusta. Además, amenaza con llover, no hay nada en la nevera y me acabo de topar con un artista imposible.
Un tipo un poco surrealista al que le encantan los chistes muy malos, como éste: “un tío a punto de subirse a un autobús y que en el último momento decide ir andando detrás para ahorrar los dos euros, le espeta su amigo: eres tonto, haber seguido un taxi, te ahorrabas diez euros”. Me he reído tontamente diez minutos, esto sólo le va a gustar a mi amiga Mémère. Hala al tajo, se llama Judah Warsky, francés de padres argentinos, ex líder de una banda llamada Los Chicros, indie franchute digno, hoy en solitario con su nombre –realmente se llama Mathieu y no se sabe a quien pretende traicionar con este nombre Judah-. Tiene la edad de Cristo y dice que Dios es una mujer. ¿Elvis una mujer? anda ya, que te enchufo dos soplamocos.
Si dejó su banda anterior, Los Chicros, no fue por la llamada del bosque, sino sólo porque se rompió un dedo en una puerta al volver de zamparse un kebab, en París. Somos poca cosa… Como ya no podía tocar el bajo ni servir para otra cosa, el resto de miembros le abandonó en una carretera. Le recogió el sello belga Pan European Recording, para él que acaba de sacar su segundo álbum, llamado simplemente Bruxelles. A imagen de esta ciudad bicéfala, esquizofrénica y cálida, el disco ofrece diez canciones que resultan más fáciles de disfrutar que de entender. Toda la música es de sintetizadores, mezcla ambientes oscuros con ligeras melopeas orientales, sonidos tribales y percusiones reggaetón.
Escucha por lo menos Bruxelles, Capitale de l’Europe. Te va a venir bien para atacar la lista de tareas dominicales. Abre la ventana, sube el volumen, luego zumito y a misa.
Claro que me encanta tu chiste mi Pépère! Pero para superar el famosos «día 50, todavía no sospechan nada»…