Hoy empieza el primer mes de verano. De pequeñito era mi preferido. En el cole apenas se trabajaba, los recreos se alargaban hasta el infinito, el sol se ponía después que yo, el césped recién cortado tenía ese olor tan especial, sólo superado por el de las vacaciones a la vuelta de la esquina. Hoy apenas tiene significado, trabajo mucho, no hay ni recreo, ni césped que oler, ni probablemente vacaciones -¿alguien ha dicho calimero?-. No pido mucho, sólo que el sol haga su oficio y poder aprovechar la terraza a final de día. Copita de vino en mano, pondré The Way It Is de Bruce Hornsby en el tocadiscos. Sonará el puente de piano igual de bonito que la primera vez que lo escuché, allá por 1986.
A que he elegido una ñoñería para celebrar junio, ¿verdad? Lo reconozco, puede que no este a la altura del blog, pero esta canción puede conmigo. El otro día sonó mientras estaba en un bar, y recé para que la gente callara la boca justo durante la parte de piano. Pasaron de mi olímpicamente, qué poca consideración. Pensé en gritar “fueeeeeego” pero seguro que me arrollaban fuera del garito también. Así que al final decidí que le dedicaría un post. En el fondo, uno merecido. No por nada es la canción –con Uncertain Smile, de The The y el legendario puente de piano de Jools Holland– por la que compré hace dos años un piano, para volver a tocar después de treinta y cinco años. Bueno un piano, un teclado, pero lo imita muy bien. Lo que no sabía es que esto no es como la bici, a la que te subes igual que la última vez, aunque haya pasado medio siglo. El piano, como lo abandones, te obliga a partir de cero, como si te acercaras a él por primera vez. Y no era plan, esto me mató. Ahí está el teclado muerto de risa.
The Way It Is es un one hit wonder. Hay dos clases de one hit wonder. Aquel fruto del delirio de un artista que nace y se muere con la canción, aprovechando un momento, un acontecimiento. Y aquel fruto del trabajo y empeño de un grupo que, una vez en su carrera, encuentra la forma o fórmula para salir de la oscuridad, durante una canción exitosa, antes de volver a la sombra. Este es el caso de Bruce Hornsby. No es un don nadie, el amigo Bruce, quiero decir, es un músico de verdad, de Jazz, country, bluegrass, folk, motown, góspel. Cantante, compositor y pianista americano, hasta fue músico del Grateful Dead, durante dos años a principio de los 90’s. Diez años antes, montó con su hermano pequeño The Range, la formación que le acompañó los siguientes años. En 1987, publicaron The Way It Is, el álbum que contiene la canción homónima.
No sé aquí en España, pero en muchos países fue todo un hit. El tema era políticamente comprometido con la causa de los afro americanos y los movimientos sociales de la época 54-68, que desembocaron en la firma del Civil Rights Act en 1964. La canción denuncia que en el fondo hoy –por el año 1986 aunque sigue válida en 2014-, parte de la población yankee se pasa esta ley por el forro en su vida diaria y sigue demostrando el mismo racismo que antes con cualquiera que no tenga pinta WASP. Y más allá de la letra, la canción tiene uno de los puentes con piano más bonitos de la música pop. Cuando la oigo por ahí, es siempre con el mismo placer. Una canción brillante, bien hecha, nada que decir.
Perfecta para un domingo por la mañana. Hop, zumito y a misa.
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