Gamal Abdel Nasser, padre del Panarabimo. Umm Kalzum, la María Callas egipcia. Yasser Arafat, el más palestino de los cairotas. Y Omar Sharif, que colocó a Alejandria en Hollywood. Los cuatro egipcios más famosos del planeta. Todos fallecidos, ahora que el actor nos acaba de dejar. Encandiló mis tardes cinematográficas los domingos aburridos. Me encantaba.
No le concedieron nunca el óscar al mejor actor, aunque sí recibió varios Golden Globes y Laurel Awards. Con sus bigotes a lo Clark Gable y su sonrisa contagiosa, iba para matemático y físico políglota –hablaba seis idiomas- cuando un encuentro fortuito con Youssef Chahine, el cineasta egipcio por excelencia, le llevó a abrazar, a parte de su futura mujer Faten Hamama, una carrera como actor que le convirtió en estrella gracias a la película Lawrence De Arabia, de David Lean, en 1962.
Este realizador británico volvió a contar con Omar Sharif tres años más tarde, para interpretar el papel del Doctor Zhivago, hermoso y trágico fresco rodado en España –pues no sé dónde sería, con este calor no aguantaría ni toda la nieve de la Tundra ruso soviética-. La escena del tranvía, en la que Youri fallece de un paro cardiaco al creer reconocer a la bella Lara caminando por la acera, después de tantos años separados, es un clásico entre los clásicos. Ays…
Ambas películas, a parte del cineasta y el actor, tuvieron a otro nexo en común: Maurice Jarre, compositor galo emigrado a Los Ángeles en los años cincuenta. Al igual que el egipcio, hasta Lawrence de Arabia Maurice Jarre tenía un currículum de recién licenciado, con mini jobs como compositor de músicas para el teatro y algunas películas de segunda y en el apartado datos personales, el ser el padre del futuro rey de la música electrónica de los 70s y 80s, Jean Michel Jarre.
A partir de ahí su carrera despegó hasta convertirle en uno de los compositores de BSO más laureado de Hollywood. Fue nominado a nueve premios Óscar y diez Golden Globe, y se llevó tres estatuillas, para Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago y Pasaje a la India -las tres de David Lean- y cuatro Golden Globes.
Fallecido hace seis años, se le recuerda sobre todo por el tema central de Doctor Zhivago. Fue David Lean quien le pidió que escribiera un tema enfocado sobre la personalidad de Lara, interpretada por Julie Christie. Inicialmente, el cineasta trató de basarla en una famosa canción rusa, pero no logró localizar nunca los derechohabientes de la misma. Así que pidió al compositor que se diera una vuelta por la montaña con su novia de la época, la actriz francesa Dany Savalle, y que le escribiera una canción de amor.
La Canción de Lara gustó tanto al cineasta que éste suprimió de la BSO parte de la música de Jarre para colocar el tema, entero o troceado, en demasiados momentos de la película a ojos del músico, que temía que pudiera aburrir al público. Ocurrió todo lo contrario, la obra de Lean le debe mucho a la canción, que se convirtió en un éxito planetario nada más estrenarse Doctor Zhivago.
Un año más tarde, algunos listillos le añadieron una letra para que se pudiera cantar y de paso vender millones de discos. El primero en intentarlo fue Ray Conniff, seguido de Connie Francis, que la podía haber sacado antes pero, por no creer en el potencial de la canción, dejó que el primero se adelantara, llevándose la palma y las ventas millonarias. Me quedo con la versión cinematográfica. A pesar de haberla oído billones de veces, siempre funciona y no viene mal dejarse invadir por imágenes de laderías nevadas para refrescar el ambiente.
[Estoy releyendo el post, más aburrido imposible, prometo ponerme las pilas mañana].
¡Buen tema! Aunque con mucha alegría has coronado al hijo como ‘el rey de la electrónica de los 70 y 80’…
Jeje, ojo, he dicho el rey, no quiere decir que sea el mejor ni mucho menos. Me refería a los discos vendidos y los conciertos multitudinarios que dio. Que yo sepa ahí nadie le gana. Pero sugerencias bienvenidas como siempre.