Se me hace cada vez más complicado dedicar la entrada del día a discos que se acaban de estrenar. ¿La razón? Para su plataforma Youtube, Google ha desarrollado una serie de herramientas y filtros que ayudan a los derechohabientes a preservar sus contenidos de las descargas o las copias ilegales. Entre otros, y es el que me afecta de lleno, las canciones de un disco subido por un sello en muchos casos ya no se pueden descargar en ficheros mp3.
A no ser que un comprador del susodicho disco lo suba a su vez, en este caso no se aplica el filtro y Fiouck tan contento. El problema surge cuando ni la madre del músico ha comprado un ejemplar, cosa que de por sí pinta mal, mamas sólo hay una. Cero disco comprado = cero disco subido = cero mp3 downloadado –me gusta la palabra- = Fiouck en la miseria.
Al de hoy se lo perdono, porque es de mi ciudad en Francia. Yes. Un tipo guay, necesariamente, al igual que Federico Pellegrini, de los French Cowboy y el enorme It’s a Question of Time. Se llama Vincent Dupas –ays estos nombres y apellidos tan bonitos-, aunque se hace llamar My Name Is Nobody. El Terence Hill del indie folk norteamericano visto desde Nantes.
Tiene poco más de treinta años y pasa dos cientos días al año de gira. Incluso se le ha visto por aquí, según he podido ver. Dice que es la única forma de vivir, aunque sea humildemente, de la música. Está metido en un montón de proyectos locales o nacionales, pero no los menciono porque te aseguro que no los conoces y además es un poco coñacete leer cantidad de nombres en otro idioma.
El mes pasado se publicó Self Travel, su tercer disco –EP de cinco temas- como My Name Is Nobody. Es, cómo decirlo, muy bonito. Americana, folk, indie, entre Dylan y Lloyd Cole, o Johnny Cash y Gruff Rhys.
Concluyo rápido porque esta noche –por ayer-, voy a ver a James Vincent McMorrow. Síííí, el del anuncio del gordo de este año. Le descubrí hace un año, va a ser enorme no lo dudo. Bueno espérate, eso mismo decía yo antes de entrar al concierto de Tricky el domingo. Ays, mañana te cuento.
Un día, un disco. 
Sencillo, agradable y de Nantes… gran persona este Vincent 🙂
Pues sí. Compensa el mal paso dado anoche por el otro Vincent, James McMorrow. Me han engañado, vino sin músicos, él solito, en plan acústico. Y no estaba previsto así, o de saberlo no iba, porque su música pierde mucho sólo con una guitarra o un teclado que parecía un juguete de navidad.
Y hay que ver cómo se enrollaba con sus colegas dublineses que ocupaban la mitad de las butacas seguro, un pelín coñacete.
Eso sí, maravillosa voz tiene el colega.
Es genial esta página. La voy a recomendar. Siga así!
Muchas gracias por el cumplido. Me quedan algo más de 250 entradas, luego me emborracharé una semana para olvidar el blog:-)