Ays Tricky, eres un gilipollas. Y porque soy un tipo educado, que si no, te llovía de todo.
Anoche –por ayer-, fui a verte en concierto en Madrid, en la misma sala en la que estuve hace pocas semanas para ver la magnífica y emocionante prestación de Owen Pallett. Sí Tricky, Owen Pallett, un músico genial que nos dejó asombrados y felices a todos, toma nota. Y eso que anoche iba con ganas, a pesar de ser domingo bien entrada la noche, cuando, lo quieras o no, apetece menos.
Lo único positivo del concierto fue que calculamos perfectamente el pequeño retraso que os permitís tú y tus colegas del gremio. Ni me dio tiempo a pedir una cerveza, para que veas si iba atento y deseoso de disfrutar de tu música. Un viejo sueño, teniendo en cuenta de que te escucho desde hace veinte años.
Después de los primeros diez minutos de un insípido instrumental servido por tu equipo de músicos -¿estabas en el baño Tricky?-, te dignaste en aparecer. Claro que al principio ni me di cuenta, porque entre que no te apetecía mucho cantar y que eres enano –cuánto engañan las portadas de los discos, y yo que pensaba que dabas miedo con esta cara de pocos amigos y estos tatuajes de camionero, pero sí cualquiera te daría un soplamocos-, pues me perdí por lo menos un minuto de tu magnífica presencia y actuación.
Espero que tu corista –o quien fuera- se lleve más royalties que tú, porque ella cantó el doble. ¿En cuántas canciones tuyas, TUYAS, pudimos oír tu voz? Creo que cinco. En el fondo no hubiera cambiado mucho, ya que apenas llegabas al micrófono. Y ese pésimo sonido Tricky, ¿de dónde te lo sacaste? No me vengas que es culpa de la sala, porque con Owen Pallett esto no pasó.
Pero lo peor, es que ni nos mirabas, como si no existiéramos. La mitad del tiempo te acercabas a tu batería y te quedabas ahí mirándole. ¿Te aburrías Tricky? Jo, no has sido ni la sombra de lo que fuiste. Porque hace falta luz para crear sombra, y en tu concierto no la hubo, te has pasado al lado oscuro de la música, donde las divas, estas que se creen que pueden tomarnos el pelo de esta forma.
Cincuenta minutos duró tu show -por llamarlo de alguna manera-! Cincuenta! ¿Tienes idea de lo vergonzoso que es? Bueno, igual regalaste alguna que otra canción después de abandonar una primera vez el escenario, pero yo ya no estaba, me fui, súper cabreado. Veintiseis euros pagué, Tricky, para ir a verte. No me quiero poner en la piel de quien haya tenido que pensárselo muchas veces antes de comprar su localidad, posiblemente teniendo que prescindir de otras cosas. Fiasco lamentable.
Te dedico mi segunda creación musical –la primera se la regalé a Lady Gaga-. Verás como he ido mejorando mi técnica. Partitura sencilla pero perfectamente ejecutada.
[En la foto se ve al cantante en uno de esos pocos momentos en los que sujetaba el micrófono.]
Vaya, parece que hablas de un holograma más que de un concierto. Decepcionante, sí. No me extraña que se escucharan silbidos durante el concierto… Por cierto, si no recuerdo mal el gran Owen Pallet tocó en la Sala But, ¿puede ser? En esta sala los que tocaron fueron Tinariwen hace unos meses 😉
Hasta se escuchó a uno gritar «gilipollas»:-)
Tinariwen fue en la sala But, la que está en el sotano en el lateral del edificio. Owen Pallett fue en la misma que Tricky, subiendo las escaleras principales. Hop, me debes una copita de rueda, mola…
¡Uy! ¡Tienes razón! :-p
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Muy bueno. Te propongo una idea, mil discos mil dias al que dedicarles el increible Quick Fart. Ja ja ja , 🙂
Jaaaaa, pues te dejo el boli, y de paso te regalo cinco latas de la mejor fabada:-)