Beck – Odelay

Si no recuerdas exactamente a qué se parece Beck, mira en youtube cualquier corto de esquí extremo patrocinado por Red Bull, preferentemente rodado en las Rocosas: todos los esquiadores tienen pinta de Beck. Melena rubia, gafas de espejo, ropa falsamente despreocupada, sonrisa triunfante, cada gesto estudiado para que las chicas se extasíen. Comen musgo mojado en salsa soja y wasabi y beben zumos de hortalizas, se acuestan pronto y quieren a su mama, muy un pelín aburridos según los estándares de Fiouck.

A todo ello Beck añade una buena capa de cretinismo. ¿¿¿ah sí??? dicen las chicas antes mencionadas, indignadas y dispuestas a arrancarme los ojos por hablar mal de su Beckiño. Pues sí, Beck, el arquetipo del guay, el tipo cool por excelencia con su música patchwork de mil estilos, es cienciólogo. ¡Puaj! Beck el artista indie chulo, miembro de una secta cuya “fe” no contempla la muerte y por la que firmas un contrato de mil millones de años y que repite una y otra vez que la psiquiatría provocó el holocausto. Asco me da.

No siempre fue cienciólogo activo, pero sí es cierto que fue criado según los preceptos del “pide hostias” de Ron Hubbard. Hoy forma parte del escaparate respetable y cool de la iglesia, con Juliette Lewis, Isaac Hayes, Cruise y Travolta. No olvides, cada vez que compres un disco de Beck, parte de lo que le corresponde va directo a las arcas de una organización que maltrata psicológicamente a pobres mentes débiles que se cruzan por su camino.

odelay - beck

Yo mismo caí en la trampa, dos veces. Para mi defensa diré que fue antes de que me enterara de su afiliación a la cienciología. Pero sobre todo porque son dos discos muy buenos. Odelay, publicado en 1996, figura en el #306 de la lista Rolling Stones de los 500 álbumes más grandes de la historia. Y Sea Change, sacado en 2005, se sitúa en el #446 de la misma lista. [Como anécdota, Sea Org es así cómo se llama la «empresa» que dirige a la iglesia.]

Tener dos discos en el top 500 no está al alcance de cualquiera. Y aunque no me gusta reconocerles mérito a los cienciólogos, he de ser sincero, en su genero es un genio. Nadie ha mezclado con tanto arte estilos tan variados como el folk, el rock psicodélico, la pop, el hip hop, el rap, la country, el funk, el R’n’B, el jazz, la lounge y un largo etcétera.

Sorprendió a medio planeta en 1993 con la canción Loser. Un tema del que Beck no se sentía nada satisfecho cuando la grabó. Tan mediocre la veía que inicialmente sólo se sacaron 500 copias en vinilo. Pero pronto las radios US se hicieron con Loser y a partir de ahí empezó el fenómeno Beck. Pitchfork la clasificó en el #9 de su lista de las 200 canciones de los noventa, mientras que Rolling Stones hacía lo propio colocándola en el #203 de su lista de las 500 canciones más grandes. Dos años más tarde sacaría Odelay, el álbum de la consagración –te dejo con cuatro temas para escuchar, todos hits en su día-.

Veinte años después, sigue con la panoplia de cool y guay. Pero por mi que le den. Hala, hoy domingo, zumito y a misa.

 

 

 

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