Death Grips – The Money Store

Domingo. Anoche hubo fiestuki, así que dije, Fiouck no te pases, piensa en tus tímpanos maltrechos y tu neuronas en plena ruina, busca algo suave para el zumito. Así que nada mejor que Death Grips, ¿verdad? ¿No conoces Death Grips? Te va a gustar, pon el volumen a tope y relájate.

Empieza por Guillotine, el tema que mejor les define. Algunas cabezas van a rodar. Una mezcla rabiosa y explosiva de punk rap, hip hop aterrador escupido a la faz de los raperos de supermercado con cadena chapada en oro Majorica en el torso. Death Grips, una carrera meteórica inversamente proporcional al puñetazo –cabezazo, rodillazo, pon aquí la técnica que mejor te sale- dado en la cara del gremio rapero de joliwud y los tabloides.

El rap es la gallina de los huevos de oro para una industria musical en búsqueda perpetúa de dinero fresco. Pero los huevos de estos tipos arrogantes que ya no asustan a nadie, reblandecen. Death Grips irrumpió en 2010 para terminar de explotarlos a patadas. Música hip hop de ultra tumba con actitud y energía punk, Death Grips ha hecho y deshecho las reglas del rap durante menos de cuatro años.

Death Grips

El grupo nació en Sacramento, California, el día de navidad de 2010. Todo un símbolo. En julio de 2014 anunciaron el fin del proyecto, como si de una “performance” de tres años se tratara. En este corto periodo de tiempo, tuvieron tiempo de sacar tres discos, mandar a tomar por saco su discográfica por desacuerdo, regalar sus canciones en internet, anunciar conciertos a los que muchas veces ni se presentaban, anular giras sin más, es decir, sacar de quicio a todo el espectro del negocio, desde el sello hasta los fans más devotos, pasando por organizadores y grupos que les había elegido de teloneros, como Nine Inch NailTrent Reznor no salía de su asombro-.

El grupo fue obra de dos amigos que vivían en la misma calle, Stefan Burnett y Zach Hill, más el productor Andy Morin. Hill era el batería, blanco. Burnett era el cantante, negro, luciendo un cuerpo de gladiador de los tiempos modernos, tatuado casi integralmente. A su lado, Tricky se parece a un niño bien con la ropa del domingo impoluta y zapatillas nuevas.

Nihilista y violenta, deslumbrante y demoledora, la música de Death Grips huele a furia y rabia. Parecen cabreados con el mundo entero, en especial con Epic, el sello con el que firmaron en febrero de 2012 y con el que nunca pudieron entenderse. Después de la ruptura, y para complicarle la tarea al sello, pusieron el álbum The Money Store en descarga gratis, con una portada invendible que más de un hipo le provocaría a la gente de Epic: un sexo en erección en el que se había tatuado el nombre del disco -yo te pongo la portada oficial, que tengo lectoras-.

Death Grips, rap grandioso, justo lo que necesitaba para reponerme. Ahora zumito y a misa.

 

 

 

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