En principio iba a publicar este post ayer, siempre viene bien un disco rock’n’roll para tus despertares domingueros resacosos, la “luego zumito y a misa” song. Pero el sábado, me deje sorprender por The Common Linnets, el grupo holandés que terminó, ô sorpresa, segundo del concurso Eurovisión 2014 con su muy bonita Calm After The Storm. De la barbuda ya hablaré en otro post, aunque no tanto por su música. Así que ayer te libraste de un auténtico vendaval, un tema enorme que podía haber puesto en peligro tu lenta recuperación comatosa. Se llama Point Growth y la interpreta Jeremy Irons and The Ratgang Malibus.
Cuando me la recomendaron hace poco, dije: “Vaya, no sabía que Jeremy Irons se había metido en música, menos aún rock”. No dejaba de ser un auténtico notición que este respetado y respetable actor británico –bueno, un poco menos respetado y respetable desde que se hundió en su miseria con declaraciones bochornosas sobre las bodas gays-, cambie su austera chaqueta de lana por una chupa de cuero, su melena artísticamente peinada por una mata de pelo largo y grasiento, sus John Lobb marrón impecablemente pulidos por unos DcMartens sucios. Así que enchufe el mp3 y al principio no salí de mi asombro, porque el tema sonaba sorprendentemente bien y con mucha fuerza. Craso error, de Jeremy Irons nanaï, sólo figura en el título de esta banda sueca.
La verdad es que Suecia no se cansa de darnos lecciones de buen gusto musical. De este país salen todos los días cantidad de nuevas propuestas que parecen los alemanes de la música. Ya lo dije aquí mismo, en un post sobre Little Dragon. Estos de Jeremy Irons & The Ratgang Malibus –también aceptan que se les llame JIRM- no llevan mucho en el circuito, aunque no se sabe a ciencia cierta cuánto, ya que no cuentan apenas nada de ellos mismos. Otro grupo que sigue sin wiki, aunque sea en sueco. En su web oficial sólo proponen un delirio informativo que algún becario ebrio habrá escrito a las 6 de la mañana antes de irse a roncar feliz. Eso sí, no falta la sección de merchandising.
Así que poco te voy a poder contar de ellos. Según alguna foto en la que salen los cuatro músicos –de los que sólo dos tienen un apellido que termina en “sson”, qué raro-, no parecen tener mucho más de treinta años. Sin embargo tocan una música que reinaba en este planeta cuando ellos ni siquiera eran una idea en mente de sus progenitores. Rock psicodélico, del bueno, del grande, inspirado por lo mejor de Led Zeppelin, Rolling Stones, Neu!, Can, Pink Floyd y Jeff Buckley. Tienen dos discos en su haber, siendo Spirit Knife el último, publicado hace un mes escaso. Como prueba de ello, te dejo escuchar esta espectacular Point Growth, más de ocho minutos crescendo, con un torrente final de cuatro minutos de guitarras épicas y sudorosas. Enorme. Es un gran descubrimiento. Tendré que hacerme con todo el disco.