No estoy contento contigo, lector(a) de este blog. Cero patato contento. Ayer publiqué acerca de Chuck Berry, EL Chuck Berry, y fue de las entradas menos leídas. Sin embargo, él del día anterior, Vlopi y sus colegas de habla raro, sigue arrasando. El fundador de la rock’n’roll attitude y leyenda viva de la guitarra vs unos mindundis ucranianos chalados, y ganan estos últimos con holgura? Pero a dónde vamos a parar…

Partiendo de ahí, seguro que el grupo de hoy, que no lo conoce ni su madre, también alcanza la cima. Lo digo como si tuviera millones de seguidores, no es exactamente así. Además he perdido una legión de fans incondicionales después de tanto meterme con Miss Bistec. Venga céntrate Fiouck, que ibas a hablar de un grupo desconocido pero que pinta bien. Arthur Beatrice, se llaman. Por qué este nombre? No tienen ninguna explicación especial, lo cual no deja de ser extraño para una banda que cuida cada detalle de todo hasta la saciedad. Se cuenta que el año pasado anularon en el último minuto su participación en un festival, por tener que realizar algunos ajustes en sus canciones. Es que la banda lleva dos años, dos, preparando su primer álbum. Son unos maniáticos de los arreglos, cada tema pasa por un proceso de elaboración meticuloso, donde cada acorde tiene su sitio. A mi que me gusta la espontaneidad de los grupos de cierta época, lo miro con circunspección.

Pero nada que decir, los tres temas que mandaron a los medios para anunciar la llegada del disco prodigo, son realmente súper bonitos. A parte de, claro, brillantemente realizados. Técnicamente producido por Luke Smith –él de Amy Winehouse y de Foals-, son la unión exquisita de las voces de él y ella –Orlando Leopard y Ella Girardot-, el piano, los teclados, la guitarra y el bajo suaves. Música pop indie –tienen pinta indie que no pueden con ella- gloriosa y hermosa. Working Out se llama el álbum. De alguna forma, me recuerda a ese disco del que hablaba en un post reciente sobre Cock Robin, la misma destreza en la composición sin renegar del alma y la belleza. Pero hoy lo tienen más fácil con internet, ya no hay inepto que valga para impedir que funcione el disco. Se lo deseo. Hala, a currar.