Lo admito, a Arcade Fire los dejé en la cuneta. Me terminaron incomodando demasiado. Una pena –para mi-, porque este grupo realizó en su día el mejor álbum de debut de los últimos muchos años. Pero luego se convirtieron en Divas, más centrados en penosas campañas de marketing on-line, olvidándose de renovar la frescura y espontaneidad del primer disco, sacando tres álbumes más, muy pretenciosos y… tiré la toalla. Así que, ¿qué esperar del primer intento de uno de sus miembros de emanciparse del grupo?
Will Butler, él no, el otro. Quiero decir, Win el líder no, sino Will, el hermanito, que en las fotos de la banda aparece siempre tapado tanto detrás de Win como de una melena que le come parte de la cara. Arcade Fire aparenta ser una banda con funcionamiento interno democrático y transmite la sensación de que el particular sonido del grupo se debe a la implicación y la aportación de cada músico por igual, pero tiene una cabecera visible: Win Butler y su pareja, Régine Chassagne.
¿Se hartaría el chiquitín del protagonismo de su hermano? Parece ser que por ahí no va la cosa. Simplemente, como el grupo indie siempre tarda un mínimo de tres años en sacar nuevo material, a Will le entra rápidamente el mono. En 2013, firmó con Owen Pallett la banda sonora original de la película Her, realizada por Spike Jonze e interpretada por Joaquin Phoenix, Rooney Mara y Scarlett Johansson, un trabajo por el que fueron nominados a los Academy Awards 2014. Y el año pasado compuso las canciones que forman el disco que se estrena precisamente hoy, Policy.
¿Querría demostrar el chiquitín que es capaz de componer temas que no se parezcan en nada a Arcade Fire? Ese sí parece ser el objetivo del músico. Cuando lo escuchas, si no sabes quien es Will Butler, nunca dirías que lleva tocando diez años en el grupo canadiense más internacionalmente reconocido. Olvídate de la épica y grandilocuencia marca de la casa. Policy es más seco, más rock, más básico, menos amanerado. Más espontáneo.
En un disco corto –ocho canciones-, Will ha recogido toda la música con la que creció, para regurgitarla a su manera, desde el rock indie US de los Pixies hasta el soul de Smokey Robinson, pasando por The Modern Lovers, Bob Dylan, Violent Femmes et Ghostface Killah. Yo no sé quién es Ghostface Killah, pero figura en el comunicado oficial que acompaña el lanzamiento del álbum. Será un músico conocido, pues.
Es un buen disco la verdad, inteligente. Un homenaje muy digno a sus artistas preferidos y a la música en todas sus variantes. Algo de rockabilly (Take My Side), una pizca de ochenterada (Anna), góspel y rock, mucho rock. ¿Algo en común con Arcade Fire? Quitando la voz -Win y Will la tienen bastante parecida-, nada. Y es de agradecer.