No he leído nunca Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas. Tampoco me he interesado nunca por la obra. Sé más o menos –tirando a menos- de qué va, pero en fin, a mediodía hay lentejas con chorizo y morcilla, me parece mucho más importante. Ya, qué desilusión ¿verdad? Resulta que el Tomate no es tan perfecto como te creías.
Pero esta mañana tuve que adentrarme un poco en la novela de Lewis Caroll, para saber quién es el Sombrerero Loco. No me he aclarado mucho, si hay una simbología escondida, no la encontré. Vamos a decir que el Sombrerero Loco es eso, un sombrerero loco, y ya. Chapelier Fou en francés, justo el nombre del artista de hoy.
Me he topado con su música por casualidad. Al principio me pareció muy adecuada para compensar el domingo que tuve. Pero ahora después de algunas escuchas, estoy enganchado. ¿A qué se parece un disco que no se parece a nada? Una posible definición es Deltas, el tercer álbum de Chapelier Fou. Es una delicia.
No me lo pareció en la primera escucha, pero ahora es una obviedad. Deltas es una delicia, una electro suave y ligera increíblemente ingeniosa, original y variada. Imagínate en una playa paradisiaca, a la sombra de una palmera rozando el agua cristalina, con una hermosa autóctona acercándote el manjar que más te gusta para que le des un bocado, cerrando los ojos; eso es lo que provoca Deltas. ¿Que prefieres un autóctono cachas? Tú mismo/a, también funciona. Lo importante es la sensación.
Chapelier Fou, alias Louis Warynski, nació en Metz hace treinta años. El mismo lugar que Cascadeur. ¿Qué tendrá esta ciudad para que sus retoños produzcan esa música especial con tanto talento? Es un misterio, nunca he ido y no tengo prisa por ir. Este músico discreto es multi instrumentalista, con formación clásica –entró en el Conservatorio de su ciudad con seis años-, y diplomado de musicología. Sabe tanto de ordenadores que de violín y clavicordio, y como no se decide por uno u otro, lo mezcla todo.
Y el resultado es esta música electro hermosa, sutil y grácil. Deltas es su tercer álbum, después de dos EPs en los que se avecinaba ya algo muy especial. En Francia no se le conoce mucho, pero parece que fuera de sus fronteras se le valora más, en especial en Australia donde va a dar conciertos con regularidad. No vive de su música, sino de pequeñas piezas que compone para spots tv, corto metrajes o películas.
Me encanta haber descubierto a este curioso artista. No sé lo que quedará de sus composiciones y melodías refinadas –y también muy complejas-, cuando hayan pasado los años. Pero esta mañana me ha atrapado. O abducido. Y esto no tiene precio.
[Empieza por Tea Tea Tea, y luego Triads for Two, y luego el resto, y una y otra vez, hasta que te atrape a ti también]
Pingback: Coves – Soft Friday | Un día, un disco.