Fiouck’s Summer Series #3.
Junio 1983, el canal MTV –realmente no era MTV, ya que no empezó a emitir hasta 1988, pero mi memoria no da para tanto- escupía cada 30 minutos un vídeo hipnotizador. Cuerpos desarticulados y maniquís desvencijados bailando de forma estroboscópica al son de una canción electro hip hop bastante innovadora. Disruptiva. Ja, me gusta esta palabra, llevaba tiempo queriendo insertarla en un post, para que veas que sigo mejorando en español.
¡Rock It! scratch it again Herbie. A medio mundo le pilló por sorpresa. ¿De dónde salía tal engendro? ¿A quién se le había ocurrido componer este pedazo de tema? ¿Quién era ese Herbie Hancock? Muchas preguntas me hacía yo, mientras trataba de mantener el camión de color kaki en el carril correcto de las calles de París, mientras escuchaba como doce soldados detrás se acordaban de mi madre cada vez que frenaba a lo loco con tal de no embestir otro camión kaki que iba por delante, cargado con otros doce soldados que se acordaban de mi madre cuando al final lograba parar mi camión a tan sólo 25 centímetros de su cara. Es que la mili tiene su punto, difícil no recordar cómo se llama tu madre cuando sales de allí a los 365 días.
Tenía a un compañero de dormitorio –de dieciséis, para que imagines el olor a pies cuando volvíamos de jugar a la guerra por ahí-, me sacaba algunos años. El típico estudiante que había aplazado la cita con el ejército todo lo que podía y que iba de erudito, quiero decir, le gustaba el jazz. A mi me sonaba a chino, no entendía la música por debajo de 90 decibelios y menos de 4000 pulsaciones por minuto. Pero tenía cierto arte para contarlo, así que nunca le defenestré. Cuando le dije que uno de sus protegidos se había pasado al otro bando, cual tránsfuga de la guerra fría, no me creyó.
Porque Herbie Hancock no tenía pedigrí rock o hip hop, pero sí era un crack del jazz, como pianista y teclista. Músico bastante experimental, aunque casi siempre accesible y melódico, en 1963 se incorporó al Miles Davis Quintet para encargarse de la sección rítmica. En paralelo grabó y editó con el sello Blue Note numerosos discos clasificados dentro de los más influyentes de los años 60, con los que se llevó muchos premios. En los 70’s empezó a incorporar cada vez más la electrónica a su jazz, fusionando con la música contemporánea. Luego hizo un montón de cosas y tal pero no tenemos tiempo de indagar que me perdonen los puristas, hasta junio 1983, que saca su ya famosísimo Future Shock, un álbum vanguardista, con base hip hop, en el que colabora Grand Mixer DXT, maestro del Turntablism –DJing en español-, aquella técnica que consiste en obtener efectos de sonido con la manipulación del disco en el plato giradisco. Scratch, vamos.
De Future Shock se extrajo Rock It como single de lanzamiento. El primer tema popular con scratching y turntablising. Arrasó en los charts, aquel verano 1983, cuando a mi me quedaban sólo dos meses para cumplir con mi deber. Mi compañero de dormitorio nunca fue el mismo. Se cuenta que se rapó el pelo, menos la cresta central que tiñó de rosa. Pero las leyendas urbanas, ya sabes…
Venga, que se te acaban las vacaciones, así que zumito y a misa, seguro que tienes un montón de cosas que hacerte perdonar.
Herbie Hancock se merece un post «pata negra»,no un serie verano.Me voy a misa.
Tschüss
Seguro, pero que lo escriba otro, yo no estoy capacitado, sólo conozco Rock It. Si te quieres poner…
Totalmente de acuerdo. Herbie es un GIGANTE como para quedarse en un catálogo de canciones de verano. Imperdonable Fiouck que solo conozcas esta canción!!! Tienes deberes este verano: escuchar parte de su discografía. 🙂
No se puede dormir y guardar la era.
No se puede estar al plato y a las tajadas.
No se puede estar en misa y repicando.
No se puede nadar y guardar la ropa.
No se puede repicar y andar en la procesión.
No se puede servir a dos señores a un tiempo y tener a cada uno contento.
Wow, cómo voy mejorando en español:-)
Pingback: Ibeyi – Ibeyi | Un día, un disco.