Billy Idol hizo cuanto pudo para figurar en los manuales que recogen aquellos geniales años 76/77 y la ola punk efímera. Pero los criterios de acceso eran drásticos. Había que ser o los más chalados, rabiosos e irreverentes (Sex Pistols) o los más comprometidos y mejores músicos (Clash). Billy lo intentó, se hizo seguidor de ambas bandas, montó su propio grupo –Generation X-, pero al final no cumplió nunca con ninguna de las normas. Cuando vio que no había sitio para él, se zampó la última lata de sardinas y tomó su decisión: se ducharía y lavaría el pelo, se cortaría las uñas, se pondría gayumbos dignos y ropa limpia, y se dedicaría a hacer pop music.
[Jaaaaaaaaaaa, Fiouck, te quiero]
Pobre Billy. Es cierto que lo intentó, pero mal. Generation X, para situarnos, fueron como Green Day en los 90’s. Sonaba a punk music, sabía a punk music, aparentaba punk music, pero era pop. Hacía lo que podía para parecerse a Johnny Rotten, pero su carita de ángel rubio más propia de Hyde Park que de Brixton le delataba. Y eso que irrumpió por la vida con todos los ingredientes para triunfar como calimero punk. Sus padres se fueron a EEUU cuando él tenía dos años, para vivir el sueño americano –un día vamos a tener que explicar las cosas como son, y tratar de aclarar que, más que de sueño, hablamos de una pesadilla, sobre todo para las víctimas-, y regresaron cuando el angelito acababa de cumplir seis. ¿Sueño americano? Como mucho aquel que les entraba después de currar todo el día por poco. En todo caso por menos que en Londres.
En la escuela tampoco le fue del todo bien. Ahí se ganó el mote de Idol, que venía de la palabra inglesa Idle –que se pronuncia casi igual, y que quiere decir pedazo de vago o algo así-. En 1976 dejó la universidad –ni se sabe cómo entró- para empezar a seguir el movimiento punk. Fue de los primeros en integrar el Bromley Contingent, pandilla de descerebrados ociosos y vivarachos cuya única meta era no perderse ningún concierto de los Sex Pistols, soñando con inscribir su nombre en un futuro que negaban.
Con Tony James montó Chelsea, primer nombre de Generation X. Duró lo que duran las cosas cuando tienes veinte años y ganas de acumular suficientes latas de sardinas como para no tener que levantarte un domingo. Con Generation X –Gen X para los amigos- las cosas les fueron algo mejor. Grabaron cuatro álbumes de estudio, aunque sólo se publicaron tres. El tercero, Sweet Revenge, saldría lustros después, en 1998. No, no preguntes, no sé por qué. Adelantados quince años a Green Day, producían un punk rock de salón. Para que veas, hasta versionaron el Gimme Some Truth, de John Lennon. Tan disparatado como Miley Cyrus cantando Anarchy In The Uk metiéndose un dedo donde la calidad del aire deja mucho que desear. ¡Que pa’qué intentar engañar!
Luego se separaron como dios manda, y Billy se fue de nuevo a EEUU, a ver si es que sus padres no la habían cagado en toda regla. Menudo chasco se llevaría el rubito al ver que así había sido, que sus padres habían tropezado donde él triunfaría. Su carrera en solitario fue plagado de hits, números 1 y ventas millonarias. Ahí pudo practicar su pop punk sin sentir vergüenza alguna –tiene toda la razón del mundo-, componer baladas para quinceañeras suspirando por sus pelos en el pecho y un sinfín de temas pop alegres y energizantes. La lista es larga, yo te dejo con cuatro de ellos.
Ays Billy, cuantos recuerdos provocas…
Nice post, little sister (sorry Fiouck, I meant soul brother), I danced with myself (like punkies do, jumping alone). I would have choosen the same 4 songs, and my ♡ is with «eyes without a face».
Perdón por las faltas de ortografía, Billy deserves english comments 😉
Y que sepas que no suspiramos por sus pelos en el pecho, al igual que con Robert Plant, David Coverdale y Bon Jovi, suspirabamos por los pelos de su cabellera. Aunque a éste último tuve la desgracia de escuchar en vivo y comprobar que era un «paquete», quité todos los posters de mi habitación y carpetas estudiantiles y fué rápidamente reemplado por Axl Rose, otro lampiño de cabellera de fuego…..
Axl Rose, buena idea para un próximo post. Hace lustros que no escucho a los Guns N’ Roses, a ver qué recuerdos traen…