Este viernes veinte -sala La Boite, Madrid-, nuevo concierto organizado por mi amigo Jorge “with two eggs” Martínez. Miro para atrás y veo que el último hacía ya mucho, varias semanas, el Jorge va de vago está claro. Realmente no le conozco a este buen hombre, es seguidor de este blog y le sigo en Facebook. Pero me parece muy loable su pasión por la música y los bollocks que pone en organizar conciertos contra viento y marea, invitando a artistas que no son precisamente los más conocidos, arriesgándose en cada uno a perderlo todo. De momento por lo que sé, cubre gastos. El viernes le toca el turno a The Blue Aeroplanes, y me dirá, “vente que te invito”, y yo contestaré “a mi no me compran”. Juas, igual me dejaba corromper, pero aquella noche hay partido de Francia.
The Blue Aeroplanes. Me sonaban de algo, pero muy remotamente. Será porque uno de sus primeros guitarristas, Alex Lee, se fue luego a tocar con Suede, Placebo o Goldfrapp? No. Será porque un día Bill Pritchard –ese cantante inglés que tenía una novia que no soportaba la música que hacía- llegó a decir de Gerard Langley, cantante de Blue Aeroplanes, que era un “pretentious cunt” –el decoro me impide traducir esta expresión-? No. Será porque REM dijo en su día que Blue Aeroplanes era la mejor banda del mundo? No. ¿Entonces por qué será? Y yo qué sé…
Pues será simplemente que no los conocía y punto. Así que a leer la wiki –súper extensa porque para abultar se han molestado en poner el tracklist integro de los diez álbumes que han publicado- y alguna que otra fuente para hacerse una idea. Madre mía lo que hay ahí. Treinta y tres años de carrera y no parecen tener intención de parar, ya que dicen estar a punto de grabar un nuevo disco. La música que tocan es rock brillante, sincero y muy cuidado. Sin chulería ni efectos especiales. Esto explica por qué se han quedado en un relativo anonimato en todos estos años. Y eso que el Gerard Langley es de verdad un pretencioso insoportable, según se cuenta. Normalmente en este gremio, un ego desmesurado lleva o bien hacia la gloria, las lentejuelas y el champagne caro, o bien hacia una sólida viga con tres metros de cuerda. Aquí ni una cosa ni otra, sólo rock del bueno.
Te dejo con cinco temas del disco Beatsongs, publicado en 1991. Por qué éste? Fue el disco que más alto llegó en los charts ingleses –subió hasta el #33, tampoco nada del otro mundo-, pero no necesariamente el mejor. Lo que hay es súper disco de rock, sin estridencias, sincero, inteligente y justo. Empieza por el tema Angelwords, te va a encantar. Como Honduras gane contra Francia esta noche –por ayer cuando leas esto-, igual al final me apunto al concierto. Pero pago mi entrada.