Martires Del Compas – Flamenco Billy

Mártir del blog. Yo soy un mártir de este blog. Y aquí no hay duende. Ni geniecillo, ni gnomo, ni elfo, ni espectro, ni leches en vinagre para inspirarme. Si acaso un poco de fantasma. Lo que hay es un Calimero enorme. Uno súper alto, kilométrico, casi no se le ve la cáscara gigante que tiene en la cabeza. Cuando suelta su “es una injusticia”, suena como a cámara lenta, con una voz profunda y baja que rompe los cristales. Así que hoy, hare un post cortito, que la cosa me pesa.

Lamento que le toque a Mártires del Compás, una de las bandas españolas que más me gusta, y viene de lejos. De hecho ni sabría decir cómo apareció por casa su primer disco, Flamenco Billy, allá por el 1995. Lo que recuerdo perfectamente, es que me acompañó todo el verano siguiente, música alegre para celebrar el sol y el “tumboning despatarrading”. Lo escuchaba sin parar. Es más, fue posiblemente el primer concierto al que asistí en Madrid. En una sala de estas chiquititas, por Santa Ana. Recuerdo muy bien el momento, estaba especialmente contento porque yo, el guiri, me llevaba a un marileño que no conocía el grupo y… le encantó. Como no, a nadie le disgusta Mártires del Compás. Son demasiado buenos –eran, se han disuelto en 2007-.

Martires del Compas Flamenco Billy

A la cabeza de la banda estaba Chico Ocaña. Al principio andaba también por ahí Kiko Veneno, pero por lo que he podido leer aquí y allá, el Kiko tiene un concepto del reparto de los derechos muy… suyo digamos. Así que no prosperó la unión, Kiko se fue con material de Chico y montó Caraoscura con otros dos músicos. Chico Ocaña siguió por su parte. No era su primera aventura musical, años atrás había estado con una banda punk, para que veas que todos los caminos conducen a Roma. En 1995 sacan su primer disco, Flamenco Billy. El nombre procedía del sonido característico de sus percusiones, habiendo formado una auténtica batería partiendo del cajón peruano utilizado en el flamenco.

Mártires del Compas supo mejor que nadie mezclar el flamenco más tradicional con otros estilos. Como siempre en estos casos no fue del gusto de los más puristas, de ahí que la banda se tuvo que ganar el pan fuera de Andalucía, hasta en los EEUU. Yo, que no soy para nada un enterado –ve este post sobre David Dorantes aquí-, me dio la sensación de que por primera vez la letra importaba más aún que la música y la emoción que puede llegar a desprender el flamenco. Porque Chico Ocaña es un poeta, un enorme letrista, observador fino de nuestra sociedad y sus taras. Con un humor locuaz y devastador. Mordaz y tierno. Este disco es brillante, de estos que me llevaría a cualquier punto del planeta para recordar los viejos tiempos, con nostalgia, un pequeño nudo en la garganta.

[Te dejo con algunos temas del disco, aunque de verdad, todas sus canciones son geniales.]

 

 

 

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