The Chameleons – Script Of The Bridge

Hay gente al que no le gustan los años 80’s. Suele ser gente o muy mayor –creen que el rock se calló para siempre cuando John Bonham, de Led Zeppelin, se murió por asfixia con su propio vomito un día de septiembre de 1980-, o gente muy joven –creen que el rock nació con The Pixies, en 1986-. Tontería que la de intentar ponerle fechas al rock. El rock es como el ave fénix, se muere y renace cada día, y a cada época su sección de esquelas y nacimientos. A parte que dejan sin cubrir un periodo de aproximadamente ocho años, muy fértil en géneros, estilos, grupos e influencias para las décadas siguientes. Desde 78 a 86, digamos. A mi me encanta Led Zeppelin, me encantan los Pixies, y me chiflan un montón de artistas nacidos y muertos entre los dos. Como The Chameleons.

Claro que no son los más conocidos del lote. ¿Por qué algunos sí –The Cure, Smiths, U2, etc- y otros mucho menos –The Chameleons, Jazz Butcher, The Mission, etc-? Creo que tiene que ver con el look de los músicos. Los años 80’s se caracterizaron por una avalancha de estilos musicales, identificándose muchos de ellos por el aspecto, la ropa, el pelo. Y The Chameleons pasaron olímpicamente de ello. Sólo les importaba componer y tocar, por ello eran capaces de subirse a los escenarios con camiseta sin manga, pantalón de chándal y botas de moto. Complicado copiar a tu ídolo cuando sabes que así no vas a pillar cacho. A mi ni el gordinflón de Robert Smith conseguiría que me pusiera un chándal. Uno tiene su dignidad.

Así que The Chameleons no se prestaron al juego de los 80’s. No aparentaban, rozaban lo cutre. Dando entrevistas en las que el líder de la banda, el bajista Mark Burgess trataba de explicar que su inspiración la encontraba en el sol y la luna. Peleando desde el principio con su discográfica, que trataba de hacer que el talento del grupo se convirtiera en ventas. Cosa que no lograron. Desde el principio la banda cargó con su particular cruz, la del éxito que pasa de largo. En su primera época sacaron tres álbumes brillantes, sirviendo una música aparentemente muy en la línea de estos años, con un sonido ochentero de verdad. Había urgencia, mucha épica, guitarras a veces etéreas, batería nerviosa y la voz de Burgess, incomparable. Se les asoció con el estilo de muchas bandas, pero se les denegó el suyo propio.

chameleons

Sin embargo, el primer álbum que sacaron allá por el 1983, Script of the Bridge, es un disco importante en la cronología de estos años locos. Indispensable para los que lo escuchaban en esa época, casi de culto, con Don’t fall como himno atemporal. Publicaron dos más, sin nunca acertar con la formula, por lo que en 1987 se separaron. El grupo tuvo una segunda vida, a principios de los 2000, con otros tres discos de estudio, pero tampoco les fue mejor.

Hoy Burgess y John Lever, el batería original, han vuelto a los escenarios, como The Chameleons Vox. Dan conciertos por toda Europa en los que re-interpretan casi exclusivamente aquel primer disco famoso. El uno de mayo tocan en la Sala Arena de Madrid –el 30 de abril en Valencia y el 2 de mayo en Barcelona-. Otro concierto organizado por my new Facebook friend, Jorge el loco with two eggs. Venga, pedazo de zángano, que al día siguiente puedes dormir.

 

 

 

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