En 1946, Errol Flynn compró una diminuta isla jamaicana, Navy Island, por el importe asombroso de 80.000 dólares de la época. Durante los siguientes diez años, este rincón paradisiaco se convirtió en el lugar de atraque para el yate del actor, y el lugar idílico de las fiestas legendarias del Hollywood canalla. El amigo Errol no era un santo, sumamente simpático eso sí, pero le dio a todo lo que el planeta ofrecía de placeres; básicamente sexo, alcohol y drogas. Era excesivo en todo, hasta durante los rodajes, donde se negaba a ser sustituido en las escenas más peligrosas. A bordo de su yate, parte del entretenimiento lo aseguraba un pequeño grupo local llamado The Navy Island Swamp Boys, con Noel Lynch, guitarra, Moses Deans, banjo y Papa Brown, percusiones. Los mentos -música de los bailes jamaicanos antes del ska, del rocksteady y del reggae-, calypsos y rumbas que tocaban representaban la banda sonora perfecta para Flynn y sus invitados.
Cuando el grupo se separó en 1955, Moses y Papa montaron una nueva banda, añadiendo maracas, tambor y más guitarras. Según la leyenda, fue el propio Errol Flynn quien les bautizó como The Jolly Boys, por el ambiente jovial de la música que tocaban. Gracias a la ayuda del actor, el grupo creó rápidamente un alto estándar musical de mento y calypso.
El grupo vio pasar a más de dieciocho miembros en estos más de sesenta años, como una gran familia feliz. En los años sesenta, eran uno de los grupos que más sonaba en la parte norte de la Jamaíca, y muchas veces actuaban acompañados por compañías de danza. En una de ellas, conocieron a un joven bailarín de enorme talento, Albert Minott, que hoy, sigue al frente de la formación. Con la llegada del reggae, el mento y el calypso cayeron un poco en el olvido. The Jolly Boys se separaron en dos bandas, si bien nunca se alejaron mucho, sufrieron el acoso del otros estilos más modernos, aunque finalmente volvieron a los escenarios a partir de los ochenta con la masificación del turismo en la isla. Hoy, verles tocar en los bares jamaicanos sigue representando una parada obligatoria, cualquiera al escucharles se deja invadir por cierto sentimiento de nostalgia, de cuando, coño, todo parecía ir mejor. El último empujón a su carrera se lo dieron Gorillaz y Amy Winehouse, que les descubrieron, al igual que decenas de miles de turistas en más de sesenta años de actuaciones. En 2010, grabaron un álbum muy especial, en el que revisitan algunos temas de rock icónicos, en su mayoría lanzados cuando parte de los actuales miembros de los Jolly Boys ya tenían canas. Great Expectation es un bonito disco, que demuestra que con talento, la música no entiende de estilos. The Passenger –Iggy Pop-, Rehab –Amy Winehouse-, You can’t always get what you want –The Rolling Stones-, Hangin’ on the telephone –Blondie-, I fought the law –The Clash– son algunas de las canciones contenidas en el álbum, escúchalas, son como un bombón.
Escucha algunas de las canciones de Great Expectation, álbum de version es de The Jolly Boys
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