Qué alegría me ha dado la App del tiempo esta mañana.. Quince días de sol y una temperatura de ensueño, 27 ó 28 todos los días. Nos las prometen felices y si no fuera porque es un poco pronto, levantaba mi copita para ver los rayos de sol atravesar el vino de Rueda. Esta es la España que me gusta, ¡olé! Aproveche para mirar ciudades donde viven amigos míos en Francia, ja, doble ración de alegría. No quiero ser malo, pero en septiembre la lana del gorro debe ser súper molesta.
Estas cosas se han de celebrar por todo lo alto, con una de las canciones más alegres, con pizca de amargura, de los últimos tropecientos mil años. ¿Una de? ¡La! Más de cuatro décadas antes de Happy, de Pharrell Williams, Bobby Hebb puso patas arriba su propia aflicción y desdicha componiendo un himno universal a la felicidad, Sunny, el único remedio que encontró para no hundirse en su miseria.
Tuvo doble motivo para ello. El tres de noviembre de 1963, asesinaron a Kennedy, dejando al país sumido en una buena resaca. Al día siguiente mataron a su hermano en una trifulca a las puertas de una discoteca de Nashville. Bobby Hebb, devastado por la sucesión de tragedias a su alrededor, no supo decir cuál de ambos fue el peor golpe del destino. Cualquiera se hubiera abandonado a la suerte de la botella o algo peor.
Pero Bobby hizo todo lo contrario. No tardó dos días en escribir y componer una canción atemporal, que todos, todos, hemos tarareado inconscientemente mas de una vez cuando el sol se pone a iluminar nuestras vidas. Ay, que me pongo sentimental. Pero veo mi querida estrella entrando por la ventana, y digo yo, ¿acaso hay algo más vital?
Reflexionando sobre su maravilloso one hit wonder, declaró a posteriori que “mi intención no era otra que pensar en tiempos mejores y rendir un homenaje a mi hermano, buscar días más radiantes, porque sentía un gran bajón en mi vida”. Dicho así parece sencillo convertirse en el autor e intérprete irrepetible de una de las canciones más veces versionada de toda la historia de la música popular por todo lo que el planeta cuenta de estrellas del pop, soul, reggae, salsa, country y mil estilos más.
World Wide Hebb –buf, qué buena ésta Fiouck, you are the milk-. Y eso que casi no salió a la luz. Grabada fuera de tiempo con otras 17 canciones, al principio los productores no creyeron en su potencial y dejaron que una japonesa –esto no se inventa-, Mieko “Miko” Hirota, la interpretara la primera. Posteriormente también la interpretó Dave Pike, un músico especialista de la marimba, esa especie de xilófono africano que ahora mismo no sé a qué se parece y que no creo me provoque insomnio por seguir en mi ignorancia. Sunny aparecía en el año 1965 en su álbum Jazz for the Jet Set, en el que participaba Herbie Hancock.
Así que al final Philipps, el sello dormilón, no la sacó antes de 1966. Curiosamente no llegó nunca a lo más alto de las listas de venta –se quedó en el #2-, pero medio siglo después, a los dos segundos de escucharla todo el mundo se pone en pie, algo serio, pero con tantas ganas de abrazar a la primera que te encuentras como de ponerte nostálgico. Agridulce y vital, Sunny seguirá sonando incluso cuando el sol deje de brillar, dentro de miles de millones de años. A mi me aterroriza la idea, ¿soportaré la lana del gorro?
Oye, Fiouck, que ya se que eres muy punk y «disco sucks» y tal, pero lo de no mentar la fabulosa versión Boney M en esta entrada tiene delito ¿eh?… ;P
Ja, a ver, que no soy muy punk, simplemente caí en la marmita Sex Pistols de joven, cual Obelix con sus súper poderes, qué se le va a hacer.
Lo que pasa es que Sunny tiene tantas versiones que era o darlas todas o pasar de todas.
Además Boney M tuvo su entrada en el blog, ya bastante es para mi!
Yo soy más de la versión de Robert Mitchum
Mitchum? Ni sabía que cantaba! Voy a por ella!