Al rememorar cosas del pasado, uno corre el peligro de convertirse en viejo gruñón incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos. Sin embargo, es grande la tentación de comparar las épocas, para llegar a la conclusión de que en algunos aspectos hemos perdido lo bueno. Mira las series TV, por muy buenas que sean las de hoy, no tienen la magia, la inocencia ni la frescura de las de los 60/70.
Es cierto que no soy nada especialista de las actuales, he estado años sin ver la tele. Pero me pasaron la temporada uno de Juego de Tronos y he tardado dos meses en acabar con ella. No está nada mal –el enano es lo mejor-, huele a gran despliegue de medios, pero quítale las escenas de sexo y la crudeza de las imágenes de violencia, y probablemente no hubiera tenido el mismo éxito.
La diferencia se nota mucho en la música. Antes era igual de importante que los personajes y las historietas. Seguro que eres capaz de silbar la mayoría de las BSO de estas series –también dependerá de tu edad, me refiero a los de mi quinta-: The Persuaders –Roger Moore y Tony Curtis-, El Santo, El Fugitivo, Mannix, Misión Imposible y tantas más. Bien es cierto que hoy las cadenas de tele no suelen dejar los créditos, time is money.
Durante la segunda mitad de los 70 en mi país, una serie británica –eran las mejores, con creces- nos cautivó como pocas: The Avengers. En francés la habían traducido de una forma curiosa pero, para una vez, sumamente acertada: Chapeau Melon et Bottes de Cuir, algo así como Bombín y Botas de Cuero.
El del bombín era John Steed, interpretado por Patrick Macnee. Agente de los Servicios Secretos de su Momia Majestad, gentleman empedernido, genial representante de la flema británica –me refiero a su parsimonía, no a sus expectoraciones- y de ese humor tan british, se le reconocía por su traje impecable, el sombrero típico de los lores, el paraguas que siempre colgaba de su brazo, y su bastón espada que más de una vez le sacó de apuros.
Las botas de cuero era Emma Peel –la sustituyó más tarde Tara King, cuando la primera dejó de arriesgar su vida en cada episodio para volver con su marido-, interpretada por Diana Rigg. El nombre del personaje venía de un juego de palabras fonético: Man Appeal o M. Appeal, literalmente Seductora de hombres. Con sus ajustados trajes de cuero negro o coloridos, muchas veces sólo teníamos ojos para ella, y soñábamos con ser Manolo -el del bombín, ja, you are the milk fiouck-.
Ayer falleció Patrick Macnee en su residencia de California. Tenía 93 años y detrás de sí una carrera de one hit wonder. Su participación como actor en The Avengers fue su único gran éxito. Sufrió el síndrome de las series, que generan verdaderos ídolos que posteriormente en muchos casos se ven incapaces de desenfundarse el traje que les hizo famosos. A mi el anuncio de su muerte me dejó un mal sabor de boca. Ays, nostalgia…
La música de la serie fue inicialmente obra de Johnny Dankworth, para ser reemplazada rápidamente por una nueva, de Laurie Johnson, compositor y productor británico, esa que silbaré mañana cuando me duche. Vientos, violines, percusiones, con ese aire sesentero tan placentero. Enorme.