Hay grupos así, a los que tengo cariño, a pesar de no ser nadie, de no haber tenido éxito ni representar ningún estilo -aunque sea el más efímero-, pero no sé explicar por qué. Marta y sus Churros pasó por la historia de la música pop de puntillas, modosita, dando los buenos días y las gracias, con un amago de sonrisa propia de los que temen molestar. Y cuando cerró la puerta al marcharse, ni sabías decir el color de su vestido, ni quedaba rastro de su perfume ni se escuchaba el eco de alguna palabra susurrada.

Marta y sus Caracolas, una vez, llegó hasta mi walkman –no compré el vinilo pero sí la tenía en un cassette audio- con el único hit de su laaaaarga carrera, Echo Beach. En 1977, desde su Toronto natal, Martha Johnson se unió a dos amigos de la universidad para montar una pequeña banda new wave, sin pretensión. En eso sí cumplieron, porque hasta 2011 y el último álbum de estudio, pasaron 34 años en la sombra, posiblemente de un Buñuelo gigante.

Este blog está repleto de historias de grupos o artistas que sólo han conseguido destacar lo que dura una canción. A Martha y sus Bizcochos le pasó en 1980, con una buena canción que podía haber sido el trampolín hacia la gloria. Esto es como mi mayonesa, una vez me salió de Master Chef y Guía Michelin, estaba para llorar, hasta las cigalas flipaban. Pero desde entonces ya no es la misma, no está mal claro, pero en el fondo la gente se conforma con la del bote, pálida y sosa. Algo así le pasó a Martha y sus Roscas, sacaron Echo Beach, subieron hasta lo más alto de las listas de muchos países europeos y norte americanos, pero al rato pffft, se desinflaron y desaparecieron detrás del bote.

Qué fue de Martha y sus Magdalenas? Pues lo mismo que todos nosotros, envejecieron. ¿Es más complicado de llevar cuando sabes que has pasado a nada de ser una estrella de la bollería? No lo sé. Yo que soy un bollicao recién horneado, no sufro este tormento. Algunos miembros siguieron con su carrera musical, sacando discos, haciendo colaboraciones con otros artistas, pero se ve que no eligieron a los buenos. Martha Johnson esperó 2013 para sacar su primer álbum solo –el vídeo del single See Saw Eyes es demoledor con el tiempo que pasa, menos mal que tiene tan sólo 451 views-. Martha Ladly –la otra Martha de los Croasanes- es ahora profesora de diseño, Tim Gane es conductor para la Asociación Canadiense de Automovilistas –¿qué rayos será?-, Carl Finkle diseña piscinas, Andy Haas es guardia de seguridad en Museos. La vida misma.

Echo Beach, la canción que pudo ser pero que no fue.

Escucha Echo Beach, de Martha & The Muffins