God Save Xi Jinping. Beijing Calling. No future en La Ciudad Prohíbida. Too Chinese to fuck. Desde los acontecimientos de la Plaza de Tian’anmen en 1989, parte del underground chino va vistiendo Schott Perfecto negro, luciendo increíbles crestas –se empeñan en hacerlo siempre todo más grande- y eructando tacos y frases llamando a la anarquía en un inglés aproximativo. A raíz de las revueltas estudiantiles, emergieron bandas de todos los estilos, especialmente punk, pero veinte años más tarde, todavía les cuesta salir de su reclusión subterránea. Primero porque a las autoridades no les hace gracia que la juventud se identifique demasiado con Rotten Rollitos. Y segundo porque China no es un país rock’n’roll. Los chinos son principalmente comerciantes, no artistas.
1.300 millones de habitantes, pero apuesto un Plymouth + Fever Tree que no te sabes el nombre de ningún grupo rock chino. Y eso que el 99% de las camisetas que se llevan en los festivales musicales de aquí habrán sido fabricadas allí. En qué pensará la obrera textil al enfundar t’shirts de los Ramones, Arcade Fire o Metallica? En que tenemos marcas de coches muy raros? El chino de a pie no sabe nada de estos grupos, ni de rock en general. Las autoridades, como en todos los regímenes autoritarios, fomentan esta ignorancia, sabedora de que el rock podría traer preguntas, reivindicaciones y por qué no, revueltas. Prefiere que el pueblo se embriague con pop empalagosa, con artistas delgaduchas, sonrisa forzada y peluca rubia, cantando temas insufribles, mezclas de lo peor de la pop de aquí con lo peor de los sonidos de allí.
Así que mucho mérito tienen estas bandas que arrostran las interdicciones oficiales, la poca sensibilidad de la población para estas músicas, y la falta de medios para promoverse y de salas para producirse. Esencialmente urbano, el rock chino sigue siendo confidencial y funcionando a escala reducida. Durante los años posteriores a los acontecimientos de Tian’anmen, conoció cierto auge, necesitando la juventud una corriente de aire fresco para olvidar lo vano que habían sido las revueltas. Pero a partir de 1994, volvió a su sitio, ignorado y sin apenas influencias en la vida diaria, ni en la de los adolescentes. Muchos de los artistas rock de principios de los 90 se pasaron al pop para poder subsistir. Te imaginas Joe Strummer haciendo de Mika? Para llorar…
Aún así, sí que encontramos grupos. No resulta fácil saber si siguen activos o no, pero y sólo para mencionar algunas bandas que han llegado a producirse en Europa, tenemos a Hell City, P.K. 14, Hedhehog, Gum Bleed, Point Blank, cada una con su estilo punk rock grunge indie metal de buena factura. También están los de Carsick Cars –los que más me gustan, pero no tenía material audio suficiente como para dedicarles el post de hoy, ya volverán- y Brain Failure.
Brain Failure nace en Pekín a finales de los 90’s, se inspiran en los Sex Pistols, The Clash y Rancid para reclamar anarquía en la República Popular de China. Son cuatro chalados atrevidos con cresta, letra crítica y reivindicativa, música energizante con buenos arreglos. Fueron los primeros en salir regularmente fuera del territorio chino, su segundo álbum Turn On The Distorsion fue publicado por un sello japonés, llegaron a tocar en festivales en Nueva York y Austin. En 2005, en paralelo a la publicación de su cuarto disco, American Dreamer, se lanzan en una amplia gira internacional, que les lleva a salir en numerosas publicaciones. Hoy son todo un referente en el underground chino, fuente de inspiración para algunos chavales que intentan lanzarse, aprendices de rebeldes, inadaptados en un país que pasa del rock, olímpicamente y cuidadosamente. Ya vendrá.
Escucha los mejores temas de Brain Failure, grupo punk chino