Al principio parecía desidia, abandono momentáneo, encubierto por el famoso “ya veremos, después”; después de la crisis se supone, cuando la cultura volvería a ser un asunto importante, con el apoyo de las instituciones, un rumbo claro, una apuesta política para recuperar el brillo perdido. Se podían haber limitado a recortar presupuestos, a cerrar salas de conciertos por repentinas preocupaciones de seguridad, a dejar desaparecer del mapa algunos actos culturales con cierto renombre en el extranjero –me refiero por ejemplo al festival de jazz de Madrid, que ha tenido que bajar el telón por falta de compromiso del ayuntamiento de la capital, después de 29 ediciones-. En fin. Pero más preocupante aún, es el desprecio de las más altas autoridades a todo lo que huele a cultura, artistas, músicos, cineastas, “estos vagos que viven de subvenciones”, hablando de profesionales y amateurs que dedican su vida a poner un poco de chispa y emoción en las nuestras. Estos políticos se han olvidado de que si medio mundo ya sabe localizar a nuestro país en el mapa, es ante todo gracias a la Movida, ese fabuloso bullicio de mil culturas, corrientes, estilos, artes y talentos desenfrenados de hace más de treinta años. De ahí nació la simpatía de la que goza España desde entonces en el mundo. Lo sé, a mi, el franchute, el eco de la Movida me llegó de lleno cuando me empezaba a abrir al mundo y buena parte de este mundo era España. ¿Y ese capital de simpatía, pretenden aniquilarlo?
No lo van a conseguir. Aunque yo no sea un entendido, ni tenga mis entradas, ni mucho menos este metido de lleno, sí he podido en alguna ocasión adentrarme en el underground cultural madrileño y ver lo que se cuece ahí abajo. He visto conciertos súper raros, donde se toca música de otro planeta, con músicos chalados –en el buen sentido de la palabra-. He asistido a exposiciones de pintores, artistas plásticos, fotógrafos, escultores, todos movidos por una pasión y un talento que da gusto. No tengo ni la menor duda de que algunos de ellos lograrán algún día su propósito de vivir dignamente de ello, se lo deseo de todo corazón. Pero no soy ninguna pitonisa, puedo perfectamente no acertar. Veamos el caso de Raisa.
Raisa es un grupo de rock. Digo rock, aunque ellos posiblemente tengan otro(s) vocablo(s) para hablar de su música. Son cuatro chicos y tres discos. Yo sólo tengo el último, Tus Calores, de los otros no sé nada. Es un disco que me descoloca un poco, por un par de motivos. Primero porque el rock hecho en España casi nunca me llama la atención, ya lo he dicho muchas veces, el rock es inglés, o como mínimo se ha de cantar en este idioma. Y luego porque el rock español es súper clásico, salvando contadas excepciones. Así que Raisa me descoloca porque, aunque canten en español, son todo menos clásico; increíblemente originales y creativos. De estos grupos que o los amas o los odias. Les descubrí por la incansable labor de una fotógrafa, Salomé Sagüillo, cuyo trabajo más de una vez me ha chiflado, amiga de mi amigo pintor Alberto Acinas. Raisa no mezcla sonidos y estilos, crea uno nuevo que engloba todo. Los cuatro miembros tocan de todo, difícil decir quien hace qué. Que me corrijan si leen esto, por lo que entiendo Tomás Garrido canta y toca la guitarra y el ukelele, Daniel Goldman es el batería, Rufi Carrillo el teclista, Diego Sánchez el bajista. Y a veces Salomé hace los coros. Es muy especial, hay mucho talento y una pizca de locura. Rock’n’roll.
Dieron un concierto anoche en Madrid, por desgracia no pude ir. Raisa, uno de los muchos proyectos todavía underground que les está recordando a Wert y sus acólitos que un país se proyecta y brilla en el extranjero por su creación y propuesta cultural, dos pilares en los que se basa el cómo se percibe el país a largo plazo. A ver si se enteran y convierten esta ecuación en generación de riqueza en lugar de ponerles trabas y empequeñecerles. Que para eso están y les pagamos.
Venga, te dejo con dos temas de Raisa, El Explorador y Hot Brunette. Levanta el culo, sube el volumen, luego zumito y a misa.
Escucha algunos temas del tercer disco de Raisa, Tus Calores
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