Flako – Natureboy

No estoy el próximo fin de semana. Un NO acontecimiento para el común de los mortales, pero para Fiouck el Tomate cretino, supone un desafío. Quiere decir que hoy, mañana y pasado, tengo que escribir dos posts al día, para enlatarlos y conseguir -¡aleluya!- que salgan como dios Elvis manda a las 7h00 de la mañana.

Me hace gracia las justas. Si publicar uno ya me supone un reto renovado a diario, hacer dos es de locos. Así que me dije, “bueno tontorroa –me gusta escrito así-, elige grupos sencillos, encuentra un par de chascarrillos de dos duros y deja de hacer el calimero”. Ni de eso he sido capaz.

¿Cómo me puse a indagar en la carrera de Flako? Ni idea, pero desde luego no me lo he puesto fácil. Ni su madre sabe quién es. No tiene página wiki y esto para mi es como una cuchillada en la espalda. Sí que algunas páginas hablan del lanzamiento de su nuevo disco, Natureboy, en marzo de este año; hasta las hay en español, pero son todos unos malditos vagos: todos repiten lo mismo, que es un DJ chileno educado en Alemania y afincado en Londres. Con esto y un bizcocho…

Flako Natureboy

Encontré una entrevista en inglés, pero súper aburrida, de enterados vamos. Hablaban de la estructura de las canciones, del proceso de grabación, de comparación de las técnicas utilizadas con su anterior trabajo. ¿De verdad a alguien le puede interesar esto? Menos mal, el periodista dejó a entender que el Flako en cuestión se llama en realidad Dario Rojo Guerra. Me dio un subidón, ya me veía leyendo una página wiki mega extensa. Nanaï, cero patato.

Di con un blog en francés, ahí me enteré que le había puesto el nombre Natureboy a su nuevo álbum en homenaje a la canción preferida de su padre, Nature Boy. Este estándar del jazz compuesto en 1948 por Eden Ahbez fue interpretado por Nat King Cole y se quedó ocho semanas seguidas en el #1 de la slistas de venta en los US.

Lo admito, no conocía a Eden Ahbez hasta hace cinco minutos. Un tipo sumamente interesante e importante, ya que su estilo de vida influenció el movimiento hippie. Resulta que este señor vivía una vida bucólica, llevaba barba, pelo largo, túnica hasta los tobillos y sandalias. Veinte años antes que los hippies. Y encima acampaba, apunta la anécdota, debajo de la primera L del letrero HOLLYWOOD que domina Los Angeles.

Bueno, no he logrado comprobar mucho más sobre Flako. Su nuevo disco es muy agradable de escuchar. Sería algo así como hip hop instrumental compuesto en la jungla o los desiertos suramericanos. Porque sí, el amigo Dario ha decidido despertar sus raíces chilenas y el resultado, muy variado, huele a esta particular diversidad de los soberbios paisajes chilenos.

 

 

 

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