Dentro de un año, o cinco, o cuarenta y siete, si dios Elvis me presta vida, miraré el blog e inevitablemente haré un juicio de valor sobre la selección de artistas y discos que estoy haciendo desde el siete de febrero del año pasado. En la mayoría de los casos no me arrepentiré, de tener que lanzarme de nuevo, los volvería a incluir. Luego estará la lista de los que me harán dudar de mi legendario buen gusto musical, seguro que más de uno hasta cierta vergüenza me provocará. Y finalmente habrá algunos que ni me sonarán, que me obligarán a releer el post para acordarme. Lo más probable es que Radio Elvis se encuentre en este reducido grupo.

Radio Elvis es el proyecto musical de un franchute, Pierre Guénard, oriundo de Poitiers –ya sabes, el Futuroscope-. Por cierto, yo soy francés así que puedo decir franchute, pero tú no ¿vale? Me llama muchísimo la atención su parecido con Iñigo Errejón. Sí, Iñigo, el gran comunicador de Paul Church. El hombre que sonríe cuando se quema. Fiouck, esto es una falacia, tú mismo el otro día le viste sonreír en un programa de tele y no había nada caliente al lado, quitando la postura de su contrincante, un tipo odioso de un conocido diario de tirada nacional especializado en bulos y demás teorías conspirativas. Para una vez que veo la tele, este me ha quitado las ganas de aficionarme más.

Pierre Guénard empezó su carrera musical como slamer. ¿Que no existe la palabra en castellano? Pues digamos un slamador, o eslamista; o slamante, lo que quieras por dios qué tiquismiquis. Ays, uno que práctica el Slam vamos. Esta técnica basada en la capacidad de narrar poesía frente a un público, improvisando a poder ser, aunque no es imprescindible, requiere un cierto don para la escritura y grandes dosis de dramatización a la hora de declamar frente al público. Igualito que Iñigo ¿verdad? Aún así el Slam difiere de La Sexta Noche: no hay batalla campal, se suceden los candidatos al premio -simbólico- unos tras otros. Tuve ocasión de presenciar un torneo hace mucho, mola más que el debate TV en cuestión.

Luego se fue a París para probar suerte. Dice que siempre quiso tener su nombre arriba en el cartel. Ahí no sé si se sigue pareciendo al amigo Iñigo, es probable que sí. Pero el Slam no da para ello, así que les puso música a sus textos, y a darle en el metro, bares, chiringuitos nocturnos. Se unieron dos músicos más y este año entraron en un estudio para publicar un primer EP, Juste Avant La Ruée –algo así como Justo Antes de la Avalancha, como cuando el Corte Inglés abre las puertas a las 10h un siete de enero-.

La música de Radio Elvis es un brillante mix de Chanson Française y rock del bueno. Letra y postura indie un tanto estirada, pero con indudable calidad. A mi me gusta, que es lo que importa, aunque no apostaría mucho sobre si me acordaré de él o no dentro de algunos años.

Venga, al tajo, sube el volumen, luego zumito y a misa.