Pues sí, lo confieso –oye tampoco es plan ir y contárselo a todo dios, uno tiene un buen nombre que defender-, tengo cierta debilidad por True Colors. Bonita canción que esta delicada endecha de Cyndi Lauper, que significó para esta cantante US un trocito de butaca en el altar. Más le valió, porque a partir de ahí empezó uno largo descenso de cerca de treinta años hacia el casi olvido. Ays mi Cyndi, ¿qué pasó?
Claro que para descender, antes hay que subir. Y para subir, subió, muy alto. Nació hace 61 años en Nueva York, de padres separados. Creció pasando apuros económicos y encontrando consuelo escribiendo la letra de sus primeros temas y componiendo melodías a la guitarra. Y de paso olvidándose de ir al colegio en cuanto pudo. Antes de cumplir los dieciocho, su voz clara ya había empezado a sonar en fiestas y bares, donde tocaban bandas cansadas de interpretar siempre los mismos estándares. Pero con veinticuatro años, después de dejarse la voz con You Make Lovin’ Fun de Fleetwood Mac, se la terminó estropeando, apartándole de los escenarios durante dos años.
En 1979, puso su suerte en manos de un ex campeón mundial de karate francés, Guy Hauray, convertido desde mediados de los 60 en coach de artistas –Travolta, Nicolas Cage, Michael Douglas, qué cosas…-, con el que recobró su capacidad vocal y el gusto por la música. Su primer grupo, Blue Angel, sacó un único álbum, homónimo, en 1980. No funcionó más que nada porque sonaba a 70’s y el cuerpo ya pedía a gritos otra cosa. Sin embargo contenía una tremenda canción, I’m Gonna Be Strong, que, aunque sólo sea por los últimos quince segundos, mereció no terminar en el cajón de las canciones olvidadas. Menos mal que está Fiouck para rescatarla, gracias, de nada. El único país donde entró en los charts fue Alemania, cosas de la música pop. De hecho hay un vídeo en youtube donde la banda la interpreta en la TV teutona, se ve a una joven Cyndi, con los mofletes ya puestos, que por mi iba borracha perdida –en un momento parece liarse a soplamocos con un fantasma-, pero no seré yo quien tire la primera piedra.
Después de endeudarse, el grupo decidió que hasta ahí habían llegado. A Cyndi le tocó volver a cantar en bares y restaurantes de NYC, donde terminó recibiendo una oferta de contrato con un sello una noche que el hada buena se había pasado con el Plymouth. A la primera la vencida, mujer con suerte. Publicó su primer disco con su propio nombre en 1983, She’s So Unusual. Pumpa, en dos años vendió seis millones de ejemplares de un álbum que contenía el mega hit Girls Just Want To Have Fun -86 millones de visionados en youtube para el vídeo original-. Pero también Time After Time –versionado tiempo después por Miles Davis-, She Bop –apología de la masturbación dicen- y All Through The Night.
Cyndi Lauper se convirtió en dos años en el ícono de la MTV; a cada single le correspondía un vídeo que la cadena musical programaba 24/24. Con este disco, la artista se convirtió en la primera mujer en colocar cuatro canciones de un mismo álbum en el top 5 del Billboard US. Prosiguió su buena racha con True Colors, su segundo disco, que también vendió lo que no está escrito -en su carrera superó los cincuenta millones entre todos sus álbumes, no está mal-. En el disco se podían escuchar no sólo esta canción que siempre me ha gustado, sino una versión curiosa –que no mala- de What’s Going On de Marvin Gaye.
Y luego pluf. Más o menos. Te lo iba a contar pero se me echa el tiempo encima. No pasa nada, mejor te quedas con la parte bonita de la historia di que sí.
Y venga, dilo, a que a ti también te gusta True Colors, ¿verdad?